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Con AMLO bajó el impacto de la inversión en el crecimiento del PIB

Con un nivel de gastos en capital muy similar al del sexenio de EPN, la expansión de la economía se redujo a la mitad durante el gobierno de López Obrador; pesa deterioro institucional.

Con un nivel de inversión fija similar al del sexenio que le precedió, la economía mexicana creció solo la mitad durante el sexenio del expresidente Andrés Manuel López Obrador. 

En los 23 trimestres que duró el gobierno concluido en septiembre pasado, la inversión fija en México equivalió a 22.3% del Producto Interno Bruto (PIB) en promedio, un nivel apenas 0.5 puntos inferior al de 22.8% del PIB observado en el sexenio de su predecesor, Enrique Peña Nieto, según los últimos datos de la oferta y demanda agregadas al tercer trimestre del 2024, publicados a mediados de diciembre por el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi).

Sin embargo, durante el sexenio del expresidente López Obrador, del 2018 al 2024, el PIB tuvo un crecimiento acumulado de apenas 5.9%, mientras que en el período del 2012 al 2018, la expansión fue de 11.8 por ciento.

Esto significa que durante el gobierno anterior la economía mexicana creció en promedio cada año 0.96%, mientras que durante el gobierno del expresidente Peña Nieto, se expandió 1.87% anual.

Estos ritmos de avance distan mucho de los prometidos por los gobernantes durante sus campañas electorales y de los necesarios para emular el éxito de otras economías como la coreana, que hace 40 años tenía un nivel de desarrollo similar al de la mexicana.

Siendo candidato a la presidencia, Andrés Manuel López Obrador planteó, por ejemplo, que durante su gobierno la economía mexicana crecería 4% anual.

“México está en una trampa de lento crecimiento desde 1982 y cada gobierno que llega ha hecho reformas para tratar de salir de esa trampa y no hemos podido”, afirma Eduardo Loría, profesor investigador de la Facultad de Economía de la UNAM.

El crecimiento del PIB se desagrega en términos del crecimiento de sus componentes de gasto: el consumo privado, el gasto corriente del gobierno, la inversión fija bruta y la demanda neta de bienes del exterior.

Sin embargo, la inversión fija -el gasto en construcción, maquinaria y equipo- es el componente que mayor incidencia tiene en el crecimiento de largo plazo, pues determina el tamaño y la calidad de la planta productiva de la economía.

Este factor determina, en principio, la capacidad de generación de empleo y la productividad de la mano de obra.

“Una sociedad que no invierte, pero que gasta, está condenada a un lento crecimiento”, apunta Loría, quien también dirige el Centro de Modelística y Pronósticos Económicos (Cempe).

Contablemente, la inversión tiene un componente privado y otro público. De acuerdo con un análisis del Cempe, en el período 1971-1981 los coeficientes de inversión privada y pública fueron de 12.9% y 7.5% del PIB, respectivamente, para un total de 20.3 por ciento.

Mientras que, en ese lapso, el PIB creció 7.1% en promedio cada año, lo que significa que cada punto porcentual de la inversión fija aportó 0.35 puntos de crecimiento del PIB, en promedio.

Sin embargo, a partir de 1982 esta contribución nunca se recuperó y se ha mantenido baja desde entonces.

Según el análisis del Cempe, en el período 1982-1988 el coeficiente de inversión fija fue de 16.2% del PIB y la economía apenas creció 0.3%, lo que da un aporte de 0.02 puntos, el más bajo hasta la fecha. Entre 1989 y 1994, la inversión fue de 18.1% del PIB y la economía creció 3.9% anual, con una contribución de 0.21 puntos.

Editor de Empresas y Negocios en El Economista

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