Asegurar el futuro del café mexicano, el compromiso

“Mi nombre es Máximo Ponce García, yo vengo de un pueblo indígena. El proyecto Todos Sembramos Café en mi zona ha sido una oportunidad enorme porque, a principios de 2013, entró el problema de la roya en México y, específicamente en nuestra zona, fue devastador porque teníamos plantaciones viejas, las cuales fueron muy susceptibles a esta plaga. Afortunadamente, a través del proyecto Todos Sembramos Café, hoy por hoy, hemos recibido aproximadamente un poquito más de 1 millón de plantas nuevas en toda la zona región Zacapoaxtla, Puebla. Entonces, desde mi punto de vista, estoy muy agradecido porque, gracias a este proyecto, tengo la oportunidad de llevar diario algo de comer a mi mesa para mis hijos, muchas gracias”. 

Máximo Ponce forma parte de la red de caficultores que pertenecen al programa Sembrando Café de Starbucks, el cual se encarga de apoyar a productores cafetaleros con la renovación de cafetales y capacitación en el uso de nuevas tecnologías de agronomía para incrementar su productividad. En el marco del Día Internacional del Café que se celebra el 1 de octubre de cada año, Saraí Jiménez, directora de Reputación y Sostenibilidad de Starbucks México, explica que esta iniciativa comenzó en el 2014 únicamente en Jaltenango, Chiapas, donde donaron cerca de 90,000 plantas de café porque por el problema de la roya los cafetales estaban muriendo. Al notar que el programa funcionó bien, decidieron extenderlo a otros estados como Veracruz, Puebla, Oaxaca, Nayarit y crear una campaña de donación para lograrlo. Así, por cada bolsa de café que compre el consumidor se da una planta de café o también se pueden donar 10 pesos.

Jiménez puntualiza que, a lo largo de estos 10 años, con esta iniciativa se han apoyado a cerca de 12,000 productores y a través del Centro de Apoyo a Productores a 20,000 en México. También señala que uno de los retos a los que se han enfrentado está relacionado con que en México la estructura productiva del café está basada en los microproductores. En cambio, en Colombia existen muchos productores medianos o grandes, y en Brasil hay productores grandes de café. “Entonces, cuando tienes fincas de productores más grandes, es más fácil establecer estándares o hacer cambios y el impacto se puede ver más rápido porque trabajas en fincas de mayores dimensiones. Pero en México la cantidad de microproductores es altísima. La mayoría de los productores, al menos, el 80% son microproductores de café y eso hace que el reto para nosotros sea mayor porque en vez de hablar con un productor y hacer un plan para impulsar ciertas hectáreas de café, tienes que hablar con 30 o 40 productores y nos faltan manos”.

Asimismo, otro desafío tiene que ver con la sequía, pues la falta de agua ocasiona que la cosecha sea muy baja, y si hay poca cosecha, es más difícil que el café tenga buena calidad y se pueda comercializar. Por lo tanto, Jiménez expresa que “nosotros vemos que es necesario encontrar prácticas más sustentables para asegurar el futuro del café en el país”. Finalmente, indica que Starbucks cuenta con ocho centros de apoyo al productor en el mundo porque uno de sus compromisos es que el café que comercializa sea de buena calidad, por lo que se asegura de que el grano cumpla con estándares que lo garanticen, además de que sólo compra café 100% arábica.