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Las big tech y las telecos vuelven a la hostilidad por la inversión a infraestructura, ahora de 5G

Futurecom 2024 vivió una riña verbal que protagonizaron los representantes de las empresas de Internet y de telecomunicaciones en Brasil, donde seis empresas generan el 76% del tráfico de las redes, mismas que construyen las empresas celulares con 40,000 millones de dólares de inversión por año.

Alessandro Molon, presidente de la Alianza para la Internet Abierta y Marcos Ferrari, de Conexis protagonizaron una tarde acalorada en Futurecom 2024. Foto EE: Nicolás Lucas.

Alessandro Molon, presidente de la Alianza para la Internet Abierta y Marcos Ferrari, de Conexis protagonizaron una tarde acalorada en Futurecom 2024. Foto EE: Nicolás Lucas.Nicolás Lucas

Sao Paulo.- La penúltima conferencia de Futurecom 2024 logró especial relevancia por el encontronazo que se dieron los representantes de las empresas de Internet contra aquellos de las compañías celulares por el asunto de quién, porqué, cuándo y de qué manera o cuánto dinero deben invertir los actores del llamado “ecosistema digital” en el desarrollo y mantenimiento de la infraestructura de telecomunicaciones en Brasil y, quizás, en cualquier parte del mundo.

Esta discusión es de relevancia para México y el resto de América Latina, porque Brasil es un faro en las telecomunicaciones de la región, con empresas de presencia en casi toda la cadena de valor de las telecomunicaciones, desde fabricantes, hasta operadores y creadores de contenidos y el país cuenta además con un regulador fuerte, cuando en México y Argentina hoy se sirve a la mesa la extinción de sus reguladores telecom.

En esta charla de caballeros nunca hubo impactos físicos, pero el choque de declaraciones siguió siendo fuerte, porque los líderes de las cámaras que defienden los intereses de las llamadas Big Tech y de las empresas de Internet móvil en Brasil, dejaron de lado el suave tono de la lengua lusa, para sonar a un rudo español.

La discusión fue tan acalorada, que el representante de la Anatel, el regulador de Brasil, y otros empresarios estuvieron por momentos anulados en esa conferencia. Y esto sólo pasa en Futurecom, el evento de telecomunicaciones de mayor importancia y tradición en el continente.

Los voceros se acusaron de “envenenar” y de querer “hundir el barco” de las telecomunicaciones brasileñas, un par de fuertes declaraciones que más bien parecieron un déjà vu, porque son las mismas posiciones de estos dos bandos desde hace una década con la trama de la Neutralidad de la Red, pero ahora con otro concepto que suena mucho más sexy en el sector y en tiempos de la costosa construcción de la tecnología 5G: el Fair Share.

Los personajes principales de esta historia fueron Alessandro Molon, presidente de la Alianza para la Internet Abierta (AIA) de Brasil, y Marcos Ferrari, presidente del Sindicato Nacional de Empresas de Telefonía y de Servicio Móvil, Celular y Personal (Conexis).

Los nombres de Molon y Ferrari son prácticamente desconocidos en México, pero el primero representa a las tres empresas de Internet que generan el 76% del tráfico de datos en Brasil, y el segundo es afín a las tres empresas de telecomunicaciones que atienden a 246 millones de suscripciones celulares en ese país y con inversiones por 40,000 millones de dólares por año en Brasil.

La discusión sobre el Fair Share desató la polémica en Futurecom 2024, si bien aquél es un concepto todavía poco masticado por el público masivo.

Al Fair Share o la “contribución justa” la empujan más las llamadas telecos respecto a que las empresas de tecnología deben ser contribuidoras en los despliegues de redes celulares y redes fijas, porque, de acuerdo con sus cuentas, el ingreso que levantan por cada suscripción de servicio no compensa las inversiones en infraestructura, en tanto que, también a su parecer, son las Big Tech quienes más provecho financiero sacan a las redes de telecomunicaciones.

En una posición más de técnico, Marcos Ferrari, doctorado en economía, líder de Conexis y del bando de las telecos, exhortó al diálogo a las empresas de Internet, principalmente a aquellas generadoras de contenido que llenan las redes con su tráfico:

“Las plataformas dependen de la red de las operadoras y las operadoras dependen del contenido, entonces estamos remando juntos. Sólo intentemos direccionarnos hacia el mismo lugar, para que el barco no se hunda (…) ¿Es posible garantizar que la red tendrá un uso sostenible a corto, mediano y largo plazos? No sé. Por ello busquemos una forma muy madura de dialogar, porque hay fallas de mercado en esta relación simbiótica”, dijo Ferrari a sus colegas expositores.

Molon, historiador, exdiputado y ahora líder de la Alianza por la Internet Abierta, aseguró que las Big Tech hacen parte del avance de las redes de telecomunicaciones, y que ahora las telecos promueven tributaciones contra este sector para compensar la caída de ingresos que esas compañías han perdido por el desprecio del consumidor hacia la telefonía fija, por lo que las empresas de telecomunicaciones están queriendo “envenenar” la competencia del mercado.

“Ahora quieren resolver el problema con un impuesto a las redes, pero afectando a otro sector (…) Esa es una mala idea que podría terminar por envenenar a la competencia a nivel de infraestructura”, dijo Alessandro Molon.

“Nosotros tenemos estudios de que seis empresas se están llevando el tráfico, si ustedes tienen estudios que lo refuten, preséntenlos, porque los nuestros están en la mesa”, lanzó Ferrari, con dedicatoria a Facebook, Netflix, Amazon, Google y TikTok que representa Molon.

“Ustedes tienen estudios para defender que sólo tres empresas no pierdan ingresos, que también ha sido por la aparición de nuevas empresas regionales (..) De hecho, las distribuciones de los dividendos en las telecomunicaciones crecen, pero las inversiones disminuyen. Quieren sólo aumentar sus ingresos”, refutó un rudo Alessandro Molon en mensaje directo a Telefónica, Telecom Italia Mobile (TIM) y América Móvil de Ferrari.

Ferrari devolvió el golpe con que el Ministerio de Hacienda de Brasil ha reconocido oficialmente que existe un “fallo en el mercado y si eso se traduce en una regulación o no, será otra historia”.

Luiz Henrique Barbosa, jefe de la asociación TelComp que agrupa a más de 70 empresas de telecomunicaciones y en los pocos momentos que le dejaron de intervención, dejó entrever un apoyo a Molon, con la expresión de que no se permita en Brasil vivir el riesgo de que el Fair Share sea más bien “un canto de las sirenas”. “Pensemos mejor en un mercado más justo, pero menos impuestos y medidas para mayor competencia”.

Después del descanso que le permitió la intervención de Barbosa, Molon regresó con el argumento de que las Big Tech contribuyen en la construcción de infraestructura terrestre y cables submarinos, un motivo por lo que las empresas de telecomunicaciones han venido presentando resultados financieros positivos en sus balances de los recientes trimestres.

“Si este nivel de ingreso no es la que quiere ese sector, entonces hay que mejorar el servicio e innovar o llevar red a lugares donde no haya cobertura”, dijo.

“La mitad de nuestros resultados ya se destina a las redes”, respondió Marcos Ferrari, argumentando que el sector de las empresas de telecomunicaciones es uno de los principales inversores en Brasil, con esos 40,000 millones de dólares a fierros y espectro cada año.

“Insistimos en que tenemos ganas de dialogar, para ver si hallamos un camino común y remar juntos para que el barco no se hunda, o no podrá ser”, declaró Ferrari.

A lo que Alessandro Molon remató, si bien al final abrazó a Ferrari: “Infelizmente, no hay confianza de un lado y ni del otro”.

Periodista de negocios para El Economista, con especialidad en telecomunicaciones e infraestructura. Es licenciado en comunicación y periodismo por la UNAM, con estudios posteriores en el ITESM Campus Ciudad de México, el ITAM y la Universidad Panamericana. Fue colaborador en Grupo Radio Centro, Televisa, El Financiero y Alto Nivel, entre otros. Ha sido moderador en los congresos internacionales de Futurecom y NexTV Latam; y también finalista en los premios de periodismo de la Cofece y citado en el “Estudio sobre telecomunicaciones y radiodifusión en México, 2017” de la OCDE y en 2020 en informes sobre espectro radioeléctrico de la GSMA y de la Asociación Interamericana de Empresas de Telecomunicaciones (Asiet).

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