Lectura 7:00 min
Exportaciones dinamizaron la demanda agregada en el tercer trimestre
De julio a septiembre crecieron 5.1% trimestral, rebasando el crecimiento de 1.1% del consumo privado y de 1.1% de la inversión; en comparación anual el gasto agregado de la economía mantuvo su desaceleración.
Tras un inicio de año de cautela previo a las elecciones presidenciales de junio pasado, la demanda agregada en México recuperó aliento durante el tercer trimestre del año gracias a las exportaciones, aunque no igualó la dinámica del año pasado.
De julio a septiembre, el indicador creció 1.2% de forma trimestral y 2.3% anual, de acuerdo con cifras desestacionalizadas de los indicadores trimestrales de la oferta y demanda y del ahorro bruto, presentados este miércoles por el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi).
Te puede interesar
En lo trimestral este ritmo de avance fue el mejor desde el primer cuarto del 2023, cuando, de hecho, cayó 0.3%; mientras que en la comparación anual la tasa fue la más alta desde el segundo trimestre de ese año, cuando fue de 4.2 por ciento.
La demanda agregada engloba al consumo privado, el gasto de gobierno, la formación bruta de capital fijo, las exportaciones y también contabiliza la variación de existencias, que es la diferencia entre los bienes producidos y los vendidos en el período de cálculo.
A su interior el componente que más contribuyó a la mejora total fue el de las exportaciones, que subieron 5.1% trimestral y 7.7% en términos anuales.
En el primer caso el avance fue el mejor desde el rebote de 38.8% que tuvo en el tercer cuarto del 2020, tras haber pasado la fase más aguda de la pandemia de Covid-19 en México.
Y de forma interanual la tasa es la más alta desde el tercer cuarto del 2022, cuando fue de 13.4 por ciento.
Esto ocurre mientras México se posicionó, por segundo año consecutivo, como el primer abastecedor de mercancías del mercado estadounidense, superando a China y a Canadá.
A septiembre, las exportaciones mexicanas a Estados Unidos crecían a un ritmo interanual de 6.4%, superando el avance de 4.3% observado en el mismo corte, pero del 2023.
Cabe destacar que, en el tercer trimestre del año, las exportaciones de bienes y servicios tuvieron un peso de 26.7% en la demanda agregada.
Consumo e inversión
El consumo privado, que es el gasto de las personas en bienes y servicios con un peso de 50.7% en la demanda, también se dinamizó al menos de forma trimestral, al crecer 1.1%, luego de haber tenido alzas de 0.6% durante el primero y el segundo trimestres.
No obstante, la expansión de 2.9% anual del indicador resulta la más baja desde marzo del 2021 cuando, de hecho, tuvo una contracción de 2.1%, pues resentía todavía los efectos de la pandemia.
Una historia similar cuenta la formación bruta de capital fijo, también denominada inversión fija, que engloba los gastos en capital de trabajo (construcción y maquinaria) de entes públicos y privados.
En el tercer trimestre creció 1.1% y dejó atrás las caídas de 0.9% y de 0.6% del primero y segundo cuarto del año. Sin embargo, su avance anual de 1.4% es también ya el menor desde la variación de enero-marzo del 2021 que fue, al igual que en el caso del consumo privado, negativa, marcando un retroceso de 4.4 por ciento.
De julio a septiembre, la participación de la inversión fija en la demanda agregada fue de 17.4 por ciento.
Si bien su aporte es inferior al del consumo y al de las exportaciones, su incidencia es crítica, pues determina la planta productiva del país en el mediano y largo plazos y establece las condiciones de productividad de la mano de obra.
Gasto de gobierno
En tanto, el consumo gubernamental, que abarca el gasto corriente de todos los entes de gobierno, creció 0.3% trimestral y 1.8% interanual. Esto representó una desaceleración en el margen, ya que en el segundo trimestre había subido 0.8%, mientras que en la comparación anual no hubo variación frente al cuarto previo.
Durante el tercer cuarto del año la participación de esta vertical de gasto en la demanda agregada fue de 7.9%, inferior a la de 8.1% de un año antes.
El contexto
La mejora del consumo privado en el tercer trimestre coincide con la regularización del calendario de pagos de programas sociales, ya que en febrero pasado se adelantó el pago de dos bimestres para cumplir con la veda electoral previa a las elecciones de junio. Los depósitos se reactivaron en julio.
Sin embargo, la desaceleración anual ocurre en un contexto de enfriamiento del mercado laboral, en donde, con cifras más recientes, se observa por ejemplo una caída de 40% en la creación de empleo formal a 620,000 empleos al mes de noviembre, según el último reporte del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) presentado a inicios de diciembre.
En el caso de la inversión, el motor de la reactivación trimestral fueron los recursos privados (que representan 89% de la inversión total), pues se observó un repunte de 1.4% en estos desembolsos tras el magro avance de 0.1% que tuvieron en el segundo trimestre.
Esto, una vez que se dilucidaron los resultados de la elección presidencial, que favoreció a la presidenta Claudia Sheinbaum. Sin embargo, a tasa anual, la inversión privada creció solo 2.7%, lejos de su último pico de crecimiento de 20.6% observado de julio a septiembre del 2023.
Por otro lado, la inversión pública continuó descendiendo, en este caso 0.6% trimestral y 8.6% anual, a medida que se han ido concluyendo obras públicas icónicas como el Tren Maya, que representaron un gran volumen de obra el año pasado.
Contribuciones al PIB
En este contexto, la dinámica del Producto Interno Bruto (PIB) al tercer trimestre del año es de desaceleración. De forma acumulada ha crecido 1.8%, la mitad frente a la expansión de 3.6% del mismo corte del año pasado.
A su interior, la pérdida de ritmo se ve así: el crecimiento del consumo pasó de 4.2% a 3.7% y el de la inversión de 16.1% a 5.4 por ciento.
En tanto, el gasto de gobierno, que este año tuvo un déficit fiscal no visto desde los años 90, creció ligeramente de 1.6% a 1.8 por ciento.
Finalmente, el déficit de la balanza comercial del país subió 14.1%, si bien este avance fue apenas una fracción del aumento de 287% que tuvo en el 2023.
De modo que los 1.8 puntos porcentuales de crecimiento del PIB se desglosan así: +2.6 puntos por el consumo privado, +1.3 por la inversión fija, +0.2 puntos por el gasto de gobierno y -1.0 punto por el déficit comercial.
Además, se contabilizaron -0.03 puntos por la variación de existencias y una discrepancia estadística de -1.3 puntos.
Enfriamiento económico a la vista
La publicación de estos resultados se produce casi un mes después de que el Inegi reportó el crecimiento definitivo del PIB del tercer trimestre y su análisis permite conocer cómo se desglosa su variación, pero desde la perspectiva del gasto.
También ocurre cuando ya se han conocido algunos indicadores económicos del cuarto trimestre, que apuntan a un enfriamiento de la economía en la recta final del año.
Tales son los casos de la actividad industrial, que cayó en octubre 1.2% mensual o las ventas minoristas, que en el mismo mes descendieron 0.3% mensual y 1.6% interanual, ligando cinco meses de caídas.
Este martes, el Inegi también publicó su Indicador Oportuno del Consumo Privado, que pronostica una caída de 0.1% mensual en octubre y una variación nula en noviembre.
Para el cierre del 2024, la media del consenso de analistas del sector privado que encuesta el Banxico, prevé un crecimiento del PIB de 1.55%, según el sondeo realizado los primeros días de diciembre.