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Inmunidad antimonopolio en internet estatal choca con T-MEC

Al igual que en el tema energético, en telecomunicaciones, la reforma constitucional en materia de sectores estratégicos aprobada este jueves por el pleno del Senado plantea tensiones con el Tratado México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC), pues podría no respetar el principio de neutralidad regulatoria y competitiva, afirma Eztel Salinas, asociado especialista en Telecomunicaciones del despacho Hogan Lovells. 

La reforma avalada por la mayoría oficialista los primeros minutos del jueves, establece un nuevo texto del artículo 28 constitucional que indica que no constituirá un monopolio “el servicio de Internet que provea el Estado”, lo cual implica que la o las empresas estatales en este ramo estarán libres de la legislación antimonopolios.

Para Etzel Salinas, esto rompe con el principio de neutralidad competitiva que el Estado mexicano se comprometió a respetar en los sectores que estaban abiertos a la inversión privada cuando el país negoció y firmó el T-MEC.

“Este principio nos dice es que hay que tener cuidado con generar distorsiones artificiales en los mercados”, afirma.

Y explica que una de estas distorsiones puede surgir del hecho de que una empresa como la estatal CFE Telecomunicaciones e Internet para Todos (CFE-Teit) o alguna nueva que llegue comience a competir con operadores comerciales que no tienen la misma facilidad de conseguir las concesiones o permisos ante el gobierno.

Este hecho, sumado a la posible desaparición del Instituto Federal de Telecomunicaciones como el regulador sectorial que conocemos hoy, plantea una potencial violación del T-MEC.

“En el capítulo 19 del T-MEC se establecieron una serie de obligaciones, entre ellas la más citada, fue la de mantener un organismo independiente como es el IFT para la regulación de las telecomunicaciones. Yo creo que sí podría haber un tema en el tema del Capítulo 19”, dijo.

Por otro lado, estos cambios en las reglas del juego tienen el potencial de desmotivar las inversiones en el sector, que ya se han visto ralentizadas por aspectos como el régimen fiscal de derechos del espectro radioeléctrico, que ha detonado la devolución de espectro de operadores.

“Es todo lo contrario a lo que ocurrió con la reforma del 2013 que incentivó la llegada de empresas como AT&T, que en el 2014-2015 compró Nextel y Iusacell, motivada por unas reglas del juego que favorecían la inversión y la neutralidad regulatoria”, comentó.

Actualmente, por parte del Estado mexicano solo CFE-Teit brinda servicios de internet al público final, para lo cual ha hecho alianzas incluso con empresas como Starlink, del magnate Elon Musk, para llevar internet a lugares apartados a través de la vía satelital.

Editor de Empresas y Negocios en El Economista

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