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Cerveceros artesanales van por un IEPS más competitivo

De acuerdo con la jalisciense Cerveza Minerva, la forma en que se cobra el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios en México hace que una cerveza artesanal pague cinco veces más que una industrial.

Guadalajara, Jal. Al cumplir la mayoría de edad (18 años desde su fundación), la empresa jaliscienses Cerveza Minerva –líder nacional en la producción de cerveza artesanal–, encabeza una nueva lucha que permita al sector competir en un piso parejo con la industria cervecera nacional y detonar el mercado para las cervecerías artesanales. 

“Nuestra siguiente lucha va a ser tener un IEPS (Impuesto Especial sobre Producción y Servicios) más justo para poder ser más competitivos”, dijo a El Economista, el presidente ejecutivo de Cerveza Minerva, Jesús Briseño. 

El fundador de la empresa, que tiene una participación de 25% en el mercado de las cervezas artesanales en el país, explicó que mientras en todo el mundo el impuesto especial para todas las bebidas alcohólicas es una cuota fija por litro, en México el IEPS se paga dependiendo del precio de la bebida.

“En México es 26.5% del precio de la cerveza; entonces, como las artesanales son mucho más caras de producir por las economías de escala, si lo ves en términos netos, una cerveza artesanal está pagando hasta cinco o seis veces más por litro que una cerveza industrial. Si eso lo comparas con otros países del mundo, nos hace, a la cerveza artesanal mexicana estar hasta 20 veces más caro el IEPS que Canadá o Estados Unidos”, puntualizó Briseño. 

“Es nuestra siguiente meta como industria y como Cerveza Minerva. Creemos que eso es lo que verdaderamente va a hacer que detone el mercado de la cerveza artesanal en México, porque ahorita el tipo de impuesto que tenemos hace que el precio al consumidor se eleve mucho”, comentó el empresario.

Aniversario

Entrevistado en el marco de la celebración por los 18 años del inicio de operaciones de la empresa, su fundador y presidente ejecutivo, Jesús Briseño, recordó que en este período, la cerveza artesanal enfrentó condiciones desventajosas con relación a la industria encabezada por dos grandes compañías nacionales, quienes tenían un contrato de exclusividad en restaurantes y bares, lo que impedía ingresar a las bebidas artesanales.

Luego de una batalla legal ante la Comisión Federal de Competencia (Cofece) que duró cuatro años, finalmente se logró en el 2012 que las cervezas artesanales pudieran distribuirse en los centros de consumo del país.

“Después de eso, el IEPS es ahora nuestra principal barrera porque lamentablemente eso hace que se aumente exponencialmente el precio al consumidor final y es una barrera difícil de saltar”, sostuvo.

“Lo hemos visto con todos los involucrados, con Hacienda, con los diputados y senadores, y realmente creemos que es una situación de que los dos principales productores de cerveza, que son 99%, tienen que estar de acuerdo, y lo que les da miedo es que al pasar a una cuota fija, el gobierno cada año vaya a subir el IEPS con respecto a la inflación”, indicó Briseño.

A 18 años de su fundación, Cerveza Minerva pasó de tres a 116 trabajadores; actualmente produce 18,000 hectolitros anuales (1.8 millones de litros) y sigue registrando crecimiento anual a doble dígito.

Al cierre de este 2022 la compañía prevé un crecimiento de 15% en comparación con el año anterior y entre octubre y noviembre de este año, proyecta iniciar sus primeras exportaciones a Estados Unidos.

estados@eleconomista.mx

kg

 

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