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Enoturismo, la clave para detonar sector
Los productores tienen el reto de ofertar experiencias de calidad a los visitantes para mantener un público cautivo.
El enoturismo es de las principales estrategias para el desarrollo de la industria vitivinícola en el estado.
El presidente de la Asociación de Vitivinicultores de Querétaro (AVQ), Lluis Raventós Llopart, consideró que Querétaro se ubicaría en el primer lugar, compartiendo con Ensenada, Baja California.
Acentuó que el estado tiene como ventaja su ubicación geográfica, dado que cuenta con visitantes potenciales por la cercanía con los estados circundantes, así como de la capital del país.
Entre nosotros y Ensenada (se disputa el primer lugar de enoturismo), nuestro público es de todo el centro, un radio de 300 kilómetros; Ensenada también tiene el público de México, pero para ir a Ensenada se necesitan hasta cuatro o cinco días, para venir a Querétaro en un día o en un fin de semana, es una ventaja, pero no dura para siempre , refirió.
Sin embargo, reconoció que los vitivinicultores mantienen el reto de ofertar productos y experiencias de calidad a los turistas, con la finalidad de mantener cautivos a los visitantes, así como para ser competitivos ante un contexto de constante competencia.
Raventós destacó que los vitivinicultores han optado por una combinación estratégica en la que conjugan la producción de vinos con una serie de atractivos para desarrollar eventos que atraigan a los visitantes.
En el 2015, el enoturismo generó una derrama económica de 1,000 millones de pesos, además de recibir a 600,000 turistas, según la Secretaría de Turismo estatal.
La dependencia estatal estima que durante el presente año el indicador de enoturismo crezca 10% a 1,100 millones de pesos en derrama y 660,000 visitantes.
Obstáculos para los productores
En este contexto, los vitivinicultores enfrentan desafíos como el pago del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios, destacó el tesorero de la AVQ, Eugenio Parrodi, al referir que el alto cobro del impuesto representa una carga para el productor de uva y una limitante competitiva ante los vinos extranjeros.
Comentó que al ser un vino de mesa, por lo que se paga actualmente, se le permitiría entrar a un rango menor de impuestos.
