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Estados petroleros incrementan desempleo en el sexenio pasado

Tabasco, Campeche, Chiapas y Veracruz fueron las únicas entidades que aumentaron su tasa de desocupación en el periodo 2013-2018.

En el sexenio de Enrique Peña Nieto, Tabasco, Campeche, Chiapas y Veracruz fueron las únicas entidades que aumentaron su tasa de desempleo, cuyo común denominador es la dependencia al sector petrolero.

De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), al cierre del 2012 la tasa de desocupación se ubicó en 5.74% de la Población Económicamente Activa (PEA), mientras al terminar el 2018, llegó a 7.85 por ciento.

En Campeche, este indicador laboral pasó de 2.09 a 3.47% de la PEA; en Chiapas, de 2.48 a 3.51%, y en Veracruz, de 2.50 a 2.72 por ciento.

Es importante mencionar que si bien desde el 1 de diciembre de cada año analizado cambió la administración federal, los grandes ajustes se realizan al siguiente ejercicio fiscal, ya con el Paquete Económico aprobado (2013 y 2019).

Una de las razones que explica el aumento de la desocupación en los estados citados durante la administración federal anterior es su dependencia al petróleo y la debilidad de este sector.

Campeche y Tabasco son las entidades que más dependen de la minería petrolera, industria que ostenta una contribución de 79.7 y 52.4% de su Producto Interno Bruto (PIB), respectivamente.

Le siguen Veracruz (4.6% de su PIB), Chiapas (2.5%) y Tamaulipas (2.2%); en los primeros territorios se agregan otros factores, además del petrolero, como el deterioro en inversiones —la llegada de capitales incentiva el mercado laboral— por falta de infraestructura, políticas públicas indefinidas y/o inseguridad.

Por ejemplo, en el lapso de estudio, la actividad económica cayó, como promedio anual, en Chiapas (0.2%), Tabasco (2.8%) y Campeche (5.2%), mientras Veracruz fue el territorio del país con el crecimiento más bajo (0.5% en todo un sexenio).

En el caso del sector petrolero, el comportamiento de dicha industria influye directamente en inversiones, empleos e ingresos tributarios y federales, es decir, en el conjunto de su actividad económica.

Todavía se resiente la debilidad de la minería petrolera. La merma de dicho ramo económico comenzó su trazo a partir de junio del 2014, con el inicio de la tendencia descendente del precio del crudo.

Durante el 2018, el precio de la mezcla mexicana promedió 61.89 dólares por barril, nivel que supera las cotizaciones del 2017 (46.39 dólares), del 2016 (35.76) y del 2015 (44.18), aunque aún está lejos de los precios alcanzados en el 2012 (102.03 dólares por barril, como media), el 2013 (98.79 dólares) y el 2014 (87.53).

Esta ligera recuperación es insuficiente. La producción de petróleo crudo en México llegó a 1.72 millones de barriles diarios en noviembre del 2018, el menor volumen desde que se tienen registros (1984).

En síntesis, los bajos precios del crudo y el retroceso en la producción del hidrocarburo impactaron directamente en la ocupación de Campeche y Tabasco durante el sexenio pasado, e indirectamente en Veracruz y Chiapas —el petróleo y sus derivados inciden en otras industrias—.

Las excepciones

En el otro extremo, los territorios con las disminuciones más pronunciadas durante la administración de Enrique Peña Nieto en la tasa de desocupación fueron Nuevo León, Tamaulipas, Aguascalientes, Sonora, Jalisco, Nayarit, Zacatecas, Hidalgo, Chihuahua y Baja California.

Destaca que el descenso en la desocupación se da por mayor generación de empleos, incremento en la informalidad o una combinación de ambos escenarios. Tampoco la reducción de dicho indicador significa una mejora en la calidad de vida de los hogares, ya que falta el comportamiento de los salarios formales y del nivel de ingresos. Por ejemplo, en Zacatecas, según cifras del Inegi, sólo 11.7% de sus ocupados gana más de tres salarios mínimos (arriba de 9,241 pesos mensuales).

Asimismo, de las 10 entidades con la mayor caída en desempleo, Hidalgo y Chihuahua fueron las únicas en incrementar su tasa de informalidad laboral entre el cierre del 2013 y septiembre del 2018.

Al finalizar el año pasado, las tasas más bajas de desocupación se presentaron en Oaxaca (2.01% de la PEA), Yucatán (1.45%) y Guerrero (1.27%); mientras al corte de septiembre pasado, los estados con los índices más altos de informalidad fueron Oaxaca (82.11% de sus ocupados en esta situación), Chiapas (78.46%) y Guerrero (78.25 por ciento).

Estados Unidos e industria, los motores

Frontera norte destaca en materia laboral

Durante el gobierno de Enrique Peña Nieto, las entidades que más disminuyeron su tasa de desocupación fueron Nuevo León, Tamaulipas, Aguascalientes, Sonora, Jalisco, Nayarit, Zacatecas, Hidalgo, Chihuahua y Baja California; la mitad pertenece a la frontera norte.

Los principales factores que causaron el descenso son comunicación con el mercado de Estados Unidos, desarrollo de la industria automotriz y consolidación de economías estatales, coincidieron analistas.

El presidente del Colegio Estatal de Economistas de Baja California, Domingo Ramos, explicó que la disminución de desempleo en los estados que componen el norte del país durante la administración federal pasada fue reflejo de que se llevó una buena relación comercial con Estados Unidos, además de la presencia de Inversión Extranjera Directa (IED).

“Nosotros lo podemos ver con la ciudad de Tijuana, es la principal entidad de Baja California que genera empleos, a mediados del sexenio comenzaron a llegar empresas con vocación industrial”, aseveró.

Destacó que la presencia de IED y de nuevas empresas también provocó un aumento en la demanda de servicios, por ello, llegaron hoteles, restaurantes, centros comerciales, e incluso hospitales.

Marco Antonio Córdova, vicepresidente del Colegio de Economistas de Sonora, señaló que la mayoría de los estados norteños cuenta con alto grado de integración hacia la economía de Estados Unidos.

“La economía de Sonora va relacionada con el hecho de que en los últimos años las finanzas de la Unión Americana han sanado desde la crisis del 2008, el norte muchas veces es reflejo de lo que ocurre en el país vecino, si les va bien invierten en la frontera”, enunció.

El analista hizo hincapié en que la economía de Sonora en los primeros años de la administración de Peña Nieto se encontraba inestable, pero a mediados de su mandato comenzó a dinamizarse por el fortalecimiento de la industria automotriz y la minería.

El presidente del Colegio de Economistas de Aguascalientes, Jael Pérez Sánchez, indicó que desde el 2012 se registraron fuertes inversiones para todo el Bajío, con un fuerte enfoque a los sectores automotriz y aeroespacial. (Con información de Camila Ayala Espinosa)

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