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Los trabajos de la nueva terminal del AIFA dan confianza en cumplir con la fecha objetivo
El avance cercano al 80% va conforme al plan maestro. Algunas aerolíneas han confirmado operaciones para el año entrante. Las certificaciones llegarán a tiempo.
El Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) iniciará operaciones el 21 de marzo del 2022 con vuelos domésticos de aerolíneas de bajo costo (Volaris y VivaAerobus) que actualmente lideran la recuperación de la industria nacional tras el duro impacto de la pandemia del Covid-19.
A la fecha la obra tiene un avance físico del 78.9% y se ha ejercido cerca del 70% de los 75,000 millones de pesos que existen de presupuesto tope e inamovible. Para la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) no hay ninguna duda de que antes de ese día se tengan las autorizaciones y certificaciones correspondientes.
Sin sorpresa
La razón de que esas empresas hayan levantado la mano es que su modelo de negocio está en línea con el objetivo de la nueva terminal desde su origen, según informó la propia dependencia que está a cargo: el proyecto se basa en un concepto sencillo con el fin de adaptarse al plan de austeridad del Gobierno de México, sin perder de vista la innovación, eficiencia y funcionalidad. Por ello, no hubo mayor sorpresa en la mañana del pasado 27 de octubre Volaris informara que volaría de ahí a Tijuana (uno de sus centros de operaciones) y a Cancún, la joya turística del país.
Era cuestión de tiempo y de que se informara de los costos de operación que se tendrán en la nueva terminal (que a la fecha no se conocen públicamente). VivaAerobus ha actuado con mayor prudencia y espera conocer los números antes de dar a conocer sus vuelos, uno de ellos también puede ser a Cancún. Por su parte, en plena competencia empresarial, el director de Volaris, Enrique Beltranena, dio el primer paso y explicó las razones de sus próximos despegues en el AIFA, sin dejar de tocar base ni bajar ritmo en los 42 aeropuertos donde están presentes.
“Al actualizar nuestra estrategia de expansión y crecimiento continuo en México, donde transportamos anualmente alrededor de 25 millones de pasajeros, hemos visto que solo en la zona inmediata al nuevo aeropuerto existe un mercado de 4.8 millones de clientes potenciales. El conocimiento del segmento de quienes visitan amigos y familiares, el liderazgo en el mercado doméstico y la experiencia en seguridad operacional fueron clave en la decisión de llegar a un nuevo destino para seguir democratizando el transporte aéreo en México”, dijo.
Los bajos costos
Una muestra de la esperada alienación de las empresas referidas y el aeropuerto para su arranque (lo que no implica que en los siguientes días se puedan sumar otras empresas con negocios distintos como las regionales Aeromar y TAR o el mismo Grupo Aeroméxico con uno, dos o tres vuelos a la semana), la ofreció el General Ingeniero Militar y líder de la obra, Gustavo Vallejo, quien en entrevista televisiva dijo: En su apertura, el aeropuerto contará con 45 posiciones para aeronaves de pasajeros, de las cuales 28 tendrán pasillo telescópico, 12 serán remotas y cinco serán de plataforma abierta a unos metros de la terminal en las que los pasajeros abordarán caminando, que son las que nos han pedido las empresas de bajo costo. Dicha solicitud, queda claro, es para reducir pagos y reflejar eso en el precio final de los boletos que venden, sin que ello implique dejar a un lado los temas de seguridad requeridas por las autoridades.
Como ejemplo, en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), la primera hora de uso del pasillo cuesta ahora 1,028 pesos en vuelo nacional y 2,148 pesos en los internacionales (el primer periodo adicional de 15 minutos cuesta 367 y 645 pesos, respectivamente).
El analista aéreo Carlos Torres, consideró que una vez que se tengan todos los costos (tarifa de uso de aeropuerto, aterrizaje, plataformas de embarque, desembarque, aerocares, revisión a los pasajeros y su equipaje, entre otros), las líneas aéreas harán números y eventualmente les hará sentido tener alguna operación adicional en el AIFA. Uno de los atractivos que se podría presentar son los costos para la pernocta de los aviones e iniciar sus actividades diarias desde la terminal mexiquense.
La conectividad terrestre
Entre las dudas comunes sobre el eventual uso del aeropuerto están las de cómo llegarán los pasajeros en esos primeros días. Una opción conocida es colocar camionetas o camiones desde algún punto de la Ciudad de México, quizá el mismo AICM, o Estado de México. De la misma manera que se hacían, en su momento, Volaris e Interjet, para trasladar a sus pasajeros al Aeropuerto Internacional de Toluca (AIT).
Debido a que la ampliación del tren suburbano (Buenavista-Cuautitlán), desde la estación Lechería al AIFA estará terminada un par de años después de la inauguración de la terminal, el General Vallejo ha informado que existe la certeza de que las vialidades, accesos terrestres, contempladas, estarán listas para el día cero. Son tres las opciones que plantea, las cuales están bajo la responsabilidad de la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT), como cabeza de sector, aunque sólo está totalmente involucrada en una: el acceso Tonanitla, que se conectará desde la autopista México-Pachuca, el cual será sin peaje y tendrá ocho carriles. Las otras dos son autopistas que conectarán con áreas de carga y pasajeros: la ampliación de la México-Pachuca y una conexión del Circuito Exterior Mexiquense. Además de, por lo menos, un sistema de transporte Mexibus.
De acuerdo con el militar, llegar no será un obstáculo y por el momento la SICT valida los estudios de comportamiento de tráficos hechos desde la Fuente de Petróleos (corazón de la demanda de servicios aéreos en la Ciudad de México, el zócalo o Coyoacán), mismos que “dan buenos tiempos y excelentes distancias”.
— ¿Llegarán más aerolíneas al AIFA?, le preguntaron en televisión al General Vallejo.
— Quiero reiterar que el aeropuerto se construye de manera pre certificada. No hacemos nada que no esté previamente certificado por la Agencia Federal de Aviación Civil, que representa los intereses de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI). Ya se certificaron las pistas y los sistemas de aterrizaje por instrumentos con aviones verificadores. La gente piensa que el 21 de marzo del próximo año vamos a decir: vengan a certificar, pero no. Todo lo que se construye está previamente certificado. El aeropuerto estará certificado en todo el mundo y las aerolíneas lo saben.