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Mérida, entre el desarrollo económico de la ciudad y el desafío ambiental

La calidad de vida y la seguridad son imanes para las inversiones; el gobierno local planea el desarrollo en equilibrio para sus pobladores.

Mérida está de moda, cada día llega más inversión, más proyectos y se considera una de las ciudades de América con mayor calidad de vida. En la última década ha logrado estabilizar servicios públicos e infraestructura urbana, pero hay desafíos para mantener el equilibrio y un bajo impacto ambiental, sin inhibir el potencial de las inversiones y garantizando las condiciones para los habitantes, afirmó el alcalde de Mérida, Renán Barrera Concha.

En los últimos ocho años ha habido un crecimiento de la presencia de Mérida a nivel mundial. La difusión a través de redes sociales como destino proyecta una ciudad potente, dinámica, cuya economía crece por encima de la media nacional, una cada vez mejor perspectiva de vivienda y un desarrollo inmobiliario impresionante. “Mérida ha superado a Quebec, Canadá, en atractivo para los visitantes, de acuerdo con las últimas encuestas publicadas”.

Los principales factores del desarrollo de Mérida son la seguridad y buenos servicios. La percepción de seguridad —72%— en capital de Yucatán es de las más altas del país, comparada con el promedio nacional de 30 por ciento. “También hay mucha confianza en la autoridad policiaca y una buena aplicación de justicia. Los niveles de impunidad son muy bajos comparado con lo que pasa en otras partes del país”.

Lo anterior, junto con los servicios públicos, aseguró, propician una mejor calidad de vida, aunado a una buena oferta de empleo, particularmente en el sector turístico: hoteles, restaurantes, servicios médicos y también en el sector académico.

“Con seguridad, todo lo demás florece de manera gradual y con altos estándares de calidad de vida son la combinación perfecta para que tengamos un crecimiento importante”.

Barrera Concha reconoció que el arribo de proyectos e inversiones es destacado, lo cual atrae mucha gente a la ciudad y es uno de los mayores desafíos para su administración. “Una ciudad que va teniendo cada vez más habitantes debe preservar la calidad de vida —una de las razones por las que la gente optó por venir—, pero también mantener el sentido de pertenencia, la cultura, la forma de ser de la sociedad de Mérida, y que no se pierda el bagaje cultural, las tradiciones. El gran reto es que podamos tener una ciudad cosmopolita sin perder la esencia de Mérida, una sociedad muy comprometida con su entorno”.

El alcalde explicó que el comercio es el mayor motor de la dinámica economía. “Obviamente existe una vocación de servicios y de comercio. El principal factor de inversión es el ámbito inmobiliario. En una ciudad que crece al ritmo que lo está haciendo Mérida y que ofrece lo que ofrece Mérida, es importante atender la demanda de vivienda para las personas que están llegando a la ciudad. Y hablamos de vivienda para todos los bolsillos y todos mercados”.

En los últimos años ha evolucionado en la calidad de infraestructura vivienda, con desarrollos inmobiliarios importantes en grandes extensiones, como campos de golf, la cercanía de la costa —a 25 minutos de la capital del estado—, y todo esto ha detonado la inversión inmobiliaria. Sectores que han invertido antes en industria y maquila ahora voltean a ver el sector inmobiliario como un negocio importante.

Para mantener el equilibrio ambiental, el gobierno local plantea una normatividad más exigente para el desarrollo urbano. “Al no tener montaña, ríos ni otras barreras naturales, y al estar prácticamente vendido todo el territorio de la ciudad, que ya no tiene reservas, se deben tener regulaciones para mitigar el impacto ecológico sin menoscabo de la plusvalía”.

Sobre los proyectos federales para llevar un ducto de suministro de gas natural al sureste del país, el presidente municipal de Mérida consideró que el no contar con gas natural, que permita reducir costos de producción, las tarifas eléctricas, como las que se pagan en general en la península y en particular Yucatán y Mérida, genera condiciones de competitividad muy distintas. “Pagamos más por la energía eléctrica, no tenemos gas natural y, sin embargo, crecemos por encima de la media nacional, eso implica un doble o triple esfuerzo de la clase empresarial”.

Por eso sí ven con agrado la posibilidad de contar con el suministro a través del ducto, que permita el suministro de gas natural a través de los ductos de Mayakán a la parte de Yucatán, y esperan que técnicamente sea suficiente para atender la demanda.

Del Tren Maya, el alcalde dijo que siempre hemos estado a favor de cualquier inversión en infraestructura. “Ha sido accidentada la forma en que se ha presentado el Tren Maya —no digo que sea un mal proyecto, sino que no se ha terminado de definir su origen financiero, su posibilidad de ser competitivo e incluso autofinanciable— y los efectos colaterales que pudiera tener en la entidad”.

Su posible ingreso a la ciudad implicaría, de acuerdo con el plan, dividir la parte de carga hacia las afueras de la ciudad y permitir a la parte turística ingresar a la exestación de ferrocarril, ubicada en el centro de la ciudad. “Hemos pedido al Fonatur y a otras instancias que en cualquier acuerdo esté presente la alcaldía de Mérida; no estamos dispuestos a ser espectadores de lo que pase en la ciudad sin participar en el proyecto, generar acuerdos compensatorios para cualquier eventual daño, a una reserva ecológica o a la zona urbana”.

estados@eleconomista.mx

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