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Sepulta Semarnat el proyecto Cabo Cortés

La Semarnat negó por segunda vez y de forma definitiva la autorización para la construcción del megaproyecto hotelero de 28,000 habitaciones y 2,500 millones de dólares de inversión, proyectado en predios aledaños al Parque Nacional de Cabo Pulmo, en Baja California Sur.

Cancún, QR. La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) negó por segunda vez y de forma definitiva la autorización para la construcción del megaproyecto hotelero de 28,000 habitaciones y 2,500 millones de dólares de inversión, proyectado en predios aledaños al Parque Nacional de Cabo Pulmo, en Baja California Sur.

La dependencia no sólo niega a la empresa La Riviera Desarrollos la posibilidad de revivir el proyecto Cabo Cortés, de dimensiones similares a las de Cancún (3,000 hectáreas), sino que sienta las bases para limitar la posibilidad de construir nuevos proyectos de alto impacto en la zona.

El director de la oficina Noroeste del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda), Agustín Bravo Gaxiola, explicó a El Economista que este segundo resolutivo, emitido el pasado 31 de agosto por la Semarnat, se deriva del juicio interpuesto por la promovente Riviera Desarrollos luego de que en el 2008, durante el sexenio de Felipe Calderón, se le otorgaran los permisos para construir el polémico complejo Cabo Cortés, que no hacía sino reproducir en la península de Baja California el modelo de desarrollo turístico-inmobiliario de Cancún.

Dicho proyecto, de capital español en sus inicios y posteriormente estadounidense y chino, implicaba la edificación de 28,000 habitaciones, dos campos de golf y una marina para 490 embarcaciones, además de una pista aérea y centros comerciales.

Lucha mediática

Entre el 2011 y el 2012, una campaña mediática en Internet y televisión logró que el entonces presidente Felipe Calderón cancelara el proyecto al no demostrar sustentabilidad ni la certeza de que no generaría un daño irreversible a Cabo Pulmo, zona declarada Patrimonio Nnatural de la Humanidad.

La empresa promovió entonces un juicio para que se le respetara la aprobación otorgada en el 2008.

Bravo Gaxiola dijo que entre el término del sexenio calderonista y los tres primeros años de gobierno de Enrique Peña Nieto se mantuvo latente el riesgo de que la empresa lograra revivir el proyecto mediante un procedimiento legal. Sin embargo, el litigio derivó en que un tribunal colegiado ordenara a la Semarnat reponer la evaluación ambiental de Cabo Cortés para determinar si éste era viable o no ambientalmente. El resolutivo de la Semarnat se emitió el 31 de agosto no sólo ratificando la negativa al proyecto, sino robusteciendo los argumentos para apuntalar esta decisión.

Declararán nueva zona

El abogado ambientalista dijo que dicho resolutivo deja en claro la incompatibilidad de este tipo de proyectos con la vocación productiva y de conservación de las zonas aledañas a Cabo Pulmo. Además, reconoce que un desarrollo de estas dimensiones, prácticamente un nuevo Cancún , es inviable en una zona desértica como la de Cabo Pulmo, ya que no existe la suficiente dotación de agua potable para esta nueva ciudad .

La trascendencia de este resolutivo implica que se haya reconocido por la autoridad ambiental que la protección de Cabo Pulmo no pasa sólo por la conservación dentro de los linderos del área protegida, sino que trasciende a las zonas aledañas. También allana el camino para que se acelere la declaratoria de una nueva área natural protegida en los terrenos colindantes a Cabo Pulmo.

Etapa dorada

Luego de la primera negativa a Cabo Cortés, La Riviera Desarrollos hizo un segundo intento para obtener los permisos ambientales haciendo modificaciones al proyecto original, integrando a inversionistas chinos y cambiando el nombre a Cabo Dorado.

Se trató de cambios meramente cosméticos que no modificaban en nada los profundos impactos al entorno; se mantenían las altas densidades de cuartos hoteleros, pero modificaron la forma de cabildearlo en los medios, a decir del Cemda.

La firma desistió de continuar con la evaluación ambiental de Cabo Dorado en el 2014, después de que Semarnat publicara que también era inviable.

jvazquez@eleconomista.com.mx

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