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Sur-sureste, única región del país con disminución en el poder adquisitivo

El centro sobresalió como la zona que logró un mayor avance en la reducción del porcentaje de la población con ingresos insuficientes para obtener la canasta alimentaria.

Durante el segundo trimestre del año, sólo en la región sursureste del país el precio de la canasta alimentaria aumentó más que el ingreso laboral; es decir, el poder adquisitivo disminuyó.

Así, en el periodo de análisis, el Índice de Tendencia Laboral de la Pobreza (ITLP) del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social en dicha zona registró un aumento de 5.0% a tasa anual.

En este sentido, si el ingreso laboral crece más que el valor de la canasta alimentaria, el poder adquisitivo del hogar mejora y el ITLP tiende a bajar. De forma inversa, si el precio de los alimentos incrementa más que el ingreso laboral, el poder adquisitivo disminuye, por lo que el ITLP tiende a subir.

Este indicador, que sirve como señal preventiva de corto plazo acerca de la situación del ingreso laboral en relación con el costo de la canasta alimentaria, presentó ascensos anuales en Tabasco (20.5% primer lugar nacional), Campeche (12.1%), Quintana Roo (8.3%), Oaxaca (4.0%) y Guerrero (2.0 por ciento).

Mientras las disminuciones en la tendencia laboral de pobreza se observaron en Yucatán (4.5%), Veracruz (1.3%) y Chiapas (0.05 por ciento).

Raymundo Tenorio Aguilar, especialista del Tecnológico de Monterrey, expresó que el crecimiento del ITLP en los estados petroleros se originó dado que las personas fueron lanzadas al desempleo, a la informalidad o a los programas de asistencia social, debido a la migración por la baja producción del crudo y la menor inversión en el sector.

José Luis de la Cruz Gallegos, director del Instituto para el Desarrollo Industrial (Idic), expuso que a pesar del fuerte avance del turismo en Quintana Roo, el problema fue que el dinamismo de dicho sector no implicó buenos salarios para los empleos generados.

Añadió que en Yucatán hubo desarrollo de infraestructura y proyectos inmobiliarios, tanto en la ciudad de Mérida como en algunos destinos turísticos, lo cual fue una fuente de empleo con buenas condiciones laborales.

 

Reactivación

En tanto, el centro sobresalió como la región que logró un mayor avance en la reducción del porcentaje de la población con ingresos insuficientes para adquirir la canasta alimentaria.

El ITLP en esta zona mostró una disminución anual de 5.1% en el periodo abril-junio del 2017, debido a que todos sus integrantes exhibieron igual dinámica: Ciudad de México (15.3%, la entidad con mayor reducción en el índice), Puebla, Morelos (ambos 3.7%), Hidalgo (2.9%), Tlaxcala (1.3%) y Estado de México (0.5 por ciento).

De la Cruz Gallegos señaló que en la capital se dio, en parte, un efecto o rebote derivado de la precarización laboral que se había reflejado en años previos. En el Estado de México, precisó, la reactivación de las exportaciones de manufactura y la producción industrial, aunado a una formalización del empleo que ha ido acelerando, mejoró las condiciones del mercado de trabajo.

Proceso vigoroso

El norte del país presentó una caída anual de 3.9% en el tendencia de pobreza laboral en el lapso de referencia.

Únicamente dos entidades reflejaron incrementos en el ITLP, Chihuahua (6.2%) y Baja California (4.0%); mientras que las reducciones fueron en Sonora (11.6%), Baja California Sur (10.3%), Coahuila (6.0%), Durango (5.7%), Sinaloa (4.3%), Nuevo León (3.5%) y Tamaulipas (1.9 por ciento).

Al respecto, el director del Idic destacó que en Nuevo León desde hace un par de años, el proceso de actividad económica ha sido más vigoroso, sobre todo en los sectores industrial y de servicios, lo que permitió un mejor entorno laboral y que pagaran mejor.

En Baja California Sur, expuso, la mejora en el poder adquisitivo de los trabajadores estuvo vinculada a un buen resultado de la actividad del sector inmobiliario y turismo.

Refirió que en Tamaulipas, el avance en la actividad económica revirtió las condiciones de precariedad laboral en algunos sectores, sobre todo aquellos vinculados a los energéticos.

Por su parte, el especialista del Tecnológico de Monterrey sostuvo que también hubo un impacto positivo en el entorno laboral derivado del envío de remesas, que generó un aumento en el consumo en la región y eso, dijo, favoreció el empleo en las empresas proveedoras de bienes y servicios.

Qro, la excepción del Bajío

Si bien la región centrooccidente aumentó el poder adquisitivo de su población al disminuir 3.2% a tasa anual el ITLP, tres estados incrementaron el porcentaje de hogares con ingresos laborales insuficientes para obtener la canasta alimentaria: Querétaro (15.7%), Michoacán y Colima (cada uno con 3.0 por ciento).

Al otro extremo se ubicaron Jalisco (-14.2%), San Luis Potosí (-12.7%), Nayarit (-7.7%), Zacatecas (-7.5%), Guanajuato (-5.6%) y Aguascalientes (-5.4%); es decir, la solidez industrial que han mostrado los territorios que componen el Bajío excepto Querétaro refleja una mejora en los ingresos del sector del trabajo.

José Luis de la Cruz explicó que en Querétaro hubo un importante avance en la tecnificación, que estuvo acompañado de un menor nivel de contratación de mano de obra con buenos salarios, que, destacó, responde a un momento de ajuste.

Enfatizó que Jalisco, San Luis Potosí y Guanajuato tuvieron una fuerte actividad económica industrial, con inversiones tanto nacionales como extranjeras captadas por rubros económicos que pagan bien, como el automotriz y de electrónica.

A nivel nacional, entre el segundo trimestre del 2016 e igual lapso del 2017, el ITLP disminuyó de 1.06 a 1.03, esto es, manifestó una disminución anual de 2.2 por ciento.

Entre los factores que contribuyen a explicar esa caída del ITLP se encuentra que en ese periodo, la población ocupada aumentó 1.5% anual, al pasar de 51.4 a 52.2 millones de personas. A la par, la tasa de desocupación se redujo de 3.9 a 3.5 por ciento.

Además, el poder adquisitivo del ingreso laboral aumentó 1.0% anual entre los segundos trimestres del 2016 y 2017. En el ámbito urbano, el ingreso laboral aumentó 0.9%, en tanto que en el ámbito rural el ritmo de aumento fue tres veces mayor (2.7 por ciento).

Ver infografía.

melania.delgado@eleconomista.mx

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