Querétaro incentiva cadena de proveeduría en circularidad

Querétaro, Qro. El Sistema de Economía Circular de Querétaro (SECQ) ha evolucionado del desarrollo de iniciativas, a través de empresas líderes, a propiciar cadenas de proveeduría con compañías que brindan soluciones tecnológicas que incentivan la circularidad. 

El SECQ inició en el 2021, impulsado por la Secretaría de Desarrollo Sustentable (Sedesu) y en coordinación con el Clúster Automotriz de Querétaro, con el propósito de proponer un nuevo modelo para transitar de una economía lineal a una circular.

El director del Clúster Automotriz de Querétaro, Daniel Hernández Camacho, recordó que la colaboración en este proyecto comenzó en el 2021, cuando la Subsecretaría de Medio Ambiente -de la Sedesu- invitó al clúster a implementar este mecanismo, con el objetivo de iniciar con el sector automotriz y desplegarlo a otros sectores económicos de la entidad.

De momento, en el sistema han participado casi 300 empresas que han propuesto aproximadamente 370 proyectos de descarbonización y de economía circular, involucrando a -estimó- 25 sectores económicos (desde el textil hasta el alimenticio, aeroespacial, químico, papelero, entre otros).

“De todos los sectores hemos tenido ya empresas atendidas, dentro del sistema, que están encontrando oportunidades de negocios, como reducción de costos, mejorando sus operaciones y que han visto la economía circular como ese mecanismo de competitividad. El sistema va avanzando muy bien”, mencionó.

El sistema también está integrando a la base de proveeduría: buscando a proveedores que propongan acciones para reusar materiales, acondicionar materiales, de manufactura, de componentes de equipos, optimizadores de energía, que puedan vincularse a las empresas que están buscando ese tipo de soluciones para reducir sus emisiones. Con ello, también se pretende identificar nuevos modelos de negocio.

De acuerdo con información del SECQ, en el 2023 se integró la primera cadena de proveedores circulares que desarrollaron iniciativas de economía circular. En el 2024 arrancó la segunda cadena de proveeduría; dentro del SECQ, los participantes se organizan en cadenas, por ejemplo, las cadenas de clústeres empresariales se componen de una empresa ancla, que convoca de 10 a 15 empresas y formulan proyectos.

Ir hacia la cadena de proveeduría, asentó Daniel Hernández, es otro paso en la implementación del sistema de economía circular.

“Es un proceso de evolución que hemos tenido, originalmente el atender la cadena que estaba orientada a una empresa líder que jalaba a sus proveedores, principalmente de proceso; ahora, en la cadena de proveeduría lo que estamos buscando es que empresas que otorguen soluciones técnicas, tecnológicas, para la optimización de los procesos sean quienes participen”, propuso.

Primera edición

En la primera edición de la cadena de proveedores, expuso, surgió el proyecto de una empresa que, en vez de enviar sus residuos metálicos a fundición, ahora está formando contenedores en los que entrega materiales a sus clientes.

“Es generar nuevos productos, valorizar los residuos de otra manera y evitar que el ciclo de vida de los materiales se acorte regresando a la fundición. Entonces, tenemos optimización, el uso de energía, contaminación, todo eso se reduce a través de procesos circulares”, refirió el directivo.

También compartió el caso de una empresa que contaba con materiales (hilo, vinil, pieles) que enviaba a una disposición final, pero hoy los entrega a una cooperativa de artesanas, abonando a que ellas generen un ingreso y la empresa cumple sus objetivos de sustentabilidad y acción social.

Por tanto, están apostando por crear eventos en los que concurran tanto los sectores económicos como proveedores que cuentan con una oferta de circularidad.

Hay proveedores que, compartió, instan a repensar los modelos de circularidad, proponiendo acciones a las empresas; también hay otros proyectos de base tecnológica, por ejemplo, mediante el uso de sistemas que optimizan el consumo de gas.

Un ejemplo más es un proveedor de recubrimientos en lámina (en techos o paredes), que permite alargar la vida del material, además de reducir la temperatura interna, logrando ahorros en climatización.