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Finanzas Personales

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Bancos ya no se quedarían con dinero de cuentas inactivas; pasaría a un fondo de seguridad pública

Actualmente los bancos se quedan con el dinero de cuentas que durante seis años no presentaron movimientos y cuyo saldo superan los 51,861 pesos. Así puedes evitar que eso pase.

Actualmente los bancos se quedan con el dinero de las cuentas que durante seis años no han tenido movimientos y que rebasan 51,861 pesos (300 días de salarios mínimos), se suma a su índice de capitalización, pero si el saldo en la cuenta es menor a esa cantidad, entonces prescribe a favor de la beneficencia pública.

La reforma planteada al artículo 61 de la Ley de Instituciones de Crédito lo que propone es que los bancos no se queden con el dinero de las cuentas inactivas que rebasen 540 Unidades de Medida de Actualización (UMAS), que son alrededor de 52,000 pesos, en sí, plantea que el dinero de las cuentas que excedan esa cantidad se envíe a un fondo de seguridad pública.

“Si la cantidad guardada en una cuenta es mayor a 300 días de salario mínimo (51,861 pesos) los bancos la pueden utilizar para dar créditos, etc., se suma a su índice de capitalización”, explicó Óscar Rosado, presidente de la Condusef.

Actualmente lo que sucede con las cuentas inactivas, que pueden ser de personas que fallecieron y nadie reclama el dinero o de otra procedencia, es que si en tres años no registran movimientos el banco envía los recursos a una cuenta global de la institución y ahí comienza a invertirlo, si después de otros tres años nadie reclama, puede tener dos destinos que depende de la cantidad que haya almacenada.

Si el monto guardado en la cuenta inactiva es de hasta 300 días de salario mínimo, es decir unos 51,861 pesos, a los seis años de no tener movimientos se envía a la beneficencia pública, pero si la cantidad guardada supera ese monto, entonces el banco se queda con él en su cuenta concentradora.

¿En qué consiste la reforma?

No se trata de que el dinero de la cuenta que dejó de tener movimientos se deje de asignar a la beneficencia pública, por el contrario, se aumenta el tope máximo del saldo hasta 540 UMAS, es decir, pasaría de 51,861 pesos a 51,958 pesos y se pide que las cuentas con montos superiores a esta cantidad se asignen a un fondo de seguridad pública.

De esta manera el dinero seguiría yéndose a la beneficencia pública, pero aumentaría el monto máximo a enviarse a 51,958 pesos, y que en vez de que los bancos se queden con las cuentas que exceda esa cantidad, de aprobarse la reforma, lo envíen a un fondo de seguridad pública, explicó Óscar Rosado, presidente de la Condusef.

¿Por qué son importantes los beneficiarios?

Si no quieres que tu dinero se lo quede la beneficencia pública, el banco o que se vaya a financiar programas de seguridad pública es importante, primero estar al pendiente de tu cuenta bancaria y segundo dejar beneficiarios, que será o serían las personas que podrán reclamar el dinero que tengas acumulado en alguna cuenta después de tu muerte.

Al contratar un servicio financiero siempre se pide que se registren beneficiarios, que son personas que podrán acceder a tu dinero guardado, ahorrado, invertido o suma asegurada contratado en casos de seguros de vida, cuando mueras, lo importante de esto es informar a estas personas del beneficio o responsabilidad que les estás otorgando porque muchas veces no están enterados y el destino del dinero o bienes es incierto.

Francisco González Cruz, director de procesos en Banco Santander México, explicó que es importante que si las condiciones cambian con los beneficiarios asignados se avise al banco y se modifiquen esos datos.

“Si el titular fallece los bancos tenemos la obligación de entregar los recursos que el titular haya asignado expresamente”, destacó.

Pero si no deja beneficiarios o éstos ya no están, los seres queridos que reclamen el dinero de la cuenta deberán hacer un juicio de sucesión legítima para que un juez dicte una sentencia y le indique al banco quienes son los herederos legítimos del titular de la cuenta y les entregue el dinero, explicó.

“Pero si nadie reclama el dinero (...) el banco primero tendrá que transferir esos recursos a una cuenta global operativa de la institución y normalmente intenta comunicarse con el titular que esa cuenta y avisarle de la nueva condición de ésta, genera comunicados hacia las referencias que se tienen en su contrato e incluso se llevan notificaciones a domicilio. Si aún así no tuviéramos ningún movimiento, por Ley tenemos que entregar los recursos a la beneficencia pública”, explicó el directivo de Santander México.

yuridia.torres@eleconomista.mx

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