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Consejos para evitar o salir de tus problemas financieros
Muchas personas me contactan para pedirme consejos sobre cómo salir de sus problemas financieros, lamentablemente pocas son las que lo hacen en etapas tempranas, cuando tienen más opciones y son menos dolorosas. Por el contrario, casi todos se encuentran en situaciones críticas, que requieren soluciones drásticas.
Aunque quisiera poder ofrecerlas, en realidad no hay reglas mágicas que nos hagan salir de problemas financieros. Todas requieren de mucho esfuerzo e incluso, en casos extremos, nos exigen deshacernos de bienes valiosos (por ejemplo, vender un automóvil).
Los problemas financieros por lo general son causados por fallas estructurales en nuestro comportamiento y en nuestra relación con el dinero. Tener deudas con tarjetas de crédito casi siempre es indicativo de personas que gastan más de lo que ganan (de lo contrario pagarían de contado) y, como uno puede imaginarse, situaciones como éstas no pueden mantenerse de manera indefinida.
Hay muchas reglas sencillas para poder salir o evitar problemas financieros, mismas que plasmamos a continuación:
- Formular un presupuesto realista y apegarse estrictamente a él. Si tenemos deudas, nuestra primera prioridad debe ser liquidarlas y esto implica asignar lo más posible a este rubro. En algunos casos, esto significa que tendremos que revisar periódicamente las cifras y posiblemente sea necesario un reajuste de gasto y de nuestros hábitos de consumo. Si no tenemos deudas, o ya las terminamos de pagar, debemos reorientar nuestros esfuerzos al ahorro, que nos permitirá generar un patrimonio más adelante.
- No realizar compras impulsivas. Cuando veamos algo que no hemos planeado comprar, aunque sea una ganga, debemos abstenernos, ir a casa y pensar sobre eso. Uno difícilmente volverá a la tienda para comprarlo. Otra estrategia consiste en no portar tarjetas de crédito a menos que tengamos pensado realizar alguna adquisición planeada y que podamos pagar a final de mes. Esto nos evitará muchos dolores de cabeza.
- Evitar las grandes baratas . Comprar un artículo que vale 5,000 pesos a un precio rebajado de 4,000 no siempre se traduce en un ahorro de 1,000 pesos. Si para empezar, ni siquiera teníamos la necesidad de adquirir ese objeto, significa que en lugar de ahorrar 1,000, en realidad gastamos 4,000 pesos de manera totalmente innecesaria.
- Comprar sólo lo que podamos pagar en el momento. Bajo el riesgo de parecer repetitivo, si uno no cuenta con los recursos financieros suficientes para realizar una adquisición, no debemos hacerla basados en nuestro ingreso futuro, ya que algunas veces éste no se materializa y además seguramente tendremos otros compromisos. Una alternativa es guardar todas nuestras tarjetas de crédito en un cajón bajo llave (o de plano, cancelarlas) y comprometernos a vivir sin crédito por un tiempo. No es tan difícil acostumbrarnos a ello, una vez que lo hemos decidido.
- Evitar un costo de vivienda demasiado alto. Si estamos rentando un lugar, siempre podemos cambiarnos a uno con renta más baja, si es necesario. Pero si tenemos un crédito hipotecario, esto no es tan fácil. Si puede hacer frente a su mensualidad, aunque podríamos refinanciar, por lo general esto implica costos altos.
- No cancelar nuestros seguros. Si la situación apremia, podemos tratar de recotizarlos, buscando una suma asegurada menor o un deducible mayor. No tenerlos podría ser un mayor problema.
- Evite ser obligado solidario o fiador de un préstamo para otra persona. Nuestra firma nos obliga de la misma manera que al acreditado principal. Uno nunca puede estar seguro que la otra persona vaya a pagar, aunque sean personas de toda nuestra confianza, amigos o familiares cercanos. Hay que evitarlo.
- Evitar obligarse conjuntamente con otras personas que tengan hábitos de consumo cuestionables, incluyendo parientes cercanos. Si, por ejemplo, le damos a algún pariente una tarjeta adicional e incurre en un comportamiento irregular, seremos responsables de cubrirlo.
- No hacer inversiones de alto riesgo, como especulaciones con algún bien raíz o en Bolsa. Por el contrario, cuando uno tiene problemas financieros debe invertir de manera conservadora, en certificados de depósito o pagarés bancarios, cuidando que nos paguen rendimientos por encima de la inflación.
- Encontrar alternativas para el gasto. Por ejemplo, en lugar de ir a un restaurante, podemos organizar un día de campo. Cuando alguien nos proponga ir a comer, podemos sugerirle vernos en algún museo, o en una caminata por el parque. En lugar de comprar películas, podemos considerar verlas en televisión o pedir prestado algún libro.
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