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El ahorro es difícil porque duele: un comportamiento que se debe modificar
Cambiar los hábitos financieros cuesta trabajo, sin embargo al convertirse en una rutina, costará menos trabajo lograr sus objetivos.
“Ahorrar es difícil porque duele”, con esta premisa Diego Valero, cofundador de Novaster, consultora de pensiones en España, explicó que el ahorro es una cuestión de comportamiento con dos aspectos básicos: percibir y sentir la realidad.
Mencionó que la neurociencia ha ayudado a entender que en la misma zona cerebral donde sentimos alguna pérdida, también se desarrolla el hábito del ahorro y, por lo tanto, genera que la acción de ahorrar duela.
“Tenemos que ayudar a que el ahorro no duela, para que el concepto pueda entrar fácilmente”, agregó.
Valero agregó que la intangibilidad del ahorro es un aspecto importante: “nosotros no estamos viendo lo que tenemos. En ese sentido, desde la industria y los reguladores nos tienen que ayudar a entender perfectamente que ese ahorro existe”, dijo en el marco del IX Foro Internacional de Pensiones.
Otro punto importante, dijo, es tener el hábito del ahorro, además que se vuelve más difícil adquirirlo si no se ha ahorrado con anterioridad.
Pandemia cambiaría hábitos
De igual forma, Valero mencionó que la pandemia de Covid-19 afectó a todos, sin embargo se puede abrir una ventana de oportunidad para el ahorro y en particular para los seguros de gastos mayores.
“La pandemia nos ha hecho reflexionar (...) el ver cómo hay gente que no ha tenido ahorros suficientes para poder sobrevivir en este tiempo o que no tiene seguros de enfermedad o de fallecimiento y ha dejado a la familia en situaciones complicadas. Todo esto que estamos viviendo nos motiva a actuar”, mencionó.
El ahorro para el futuro, lujo que vale la pena
En tanto, Jesús Rojo, docente en Antropología Filosófica, mencionó que el ahorro para el futuro se debe de ver como un lujo y entonces luego será aspirar a un bien superior.
“Yo creo que en los distintos sistemas de pensiones internacionales que hay, los gobiernos siempre tienden a minimizar las cosas y a poner una tabla de inicio (...) Es para lo que alcanza y ojalá no deseáramos que a través de los gobiernos tuviéramos que aspirar a cuestiones superiores (...) Tendríamos que aspirar a un tipo de lujo que no existe o que no está muy difundido en nuestras sociedades: los planes privados de pensiones. Un plan privado es un lujo en la actualidad”, dijo.
Desde el punto de vista del antropólogo, al ser humano no le gusta vivir. Más bien, quiere vivir bien y desde la subjetividad cada quién entenderá el concepto de “bien” como lo crea y convenga, sin embargo, es un mal enfoque el resolver el problema de la pobreza en la vejez.
“El enfoque es otro, es disfrutar en plenitud la vejez porque no queremos resolver el problema. Si a una persona le dices, ‘hay que sufrir ahorrando 30 años, para vivir otros años sufriendo la pensión mínima, pues qué locura’”.
Transformar y redirigir la inversión
Por su parte, María Ariza, directora general de la Bolsa Institucional de Valores (Biva), consideró que se puede transformar y redirigir la inversión hacia temas que se consideran importantes, sin embargo los individuos deben de entender por qué quieren hacerlo y “la única manera de cerrar esa brecha es con educación”.
“Las instituciones financieras del mundo manejan más de 300 billones de dólares en activos de deuda en el mundo, un tercio de ese monto representa a individuos (...) Si colectivamente, ese tercio del sistema financiero, actuamos y decimos en qué y en dónde invertir y por qué queremos invertir en eso es porque queremos transformar nuestro yo futuro, usando el yo presente”, detalló.