Lectura 3:00 min
Reflectores ahora apuntan a Brasil
¿Será también una potencia en materia económica y amplio favorito entre los inversionistas?
Estamos a menos de un mes del inicio de la Copa del Mundo que se llevará a cabo en Brasil y los reflectores comienzan a apuntar hacia aquel país. Sin duda, hablando en materia de futbol, Brasil es una potencia y amplio favorito entre los conocedores para coronarse campeón del mundo. Sin embargo, ¿será Brasil también una potencia en materia económica y amplio favorito entre los inversionistas?
La situación económica de Brasil en los últimos años ha sido muy particular. Del 2004 al 2008 tuvo un sólido crecimiento que llamó la atención de los analistas e inversionistas en el mercado, con un crecimiento promedio en este periodo de 4.82%, según datos reportados por el Banco Central de Brasil.
No obstante, posterior a la crisis financiera del 2008 Brasil ha sido incapaz de recobrar la senda del crecimiento, cayendo en una trampa de baja actividad económica y alta inflación que no le han permitido volver a ser de los favoritos entre los inversionistas.
Si hacemos memoria y revisamos las causas del crecimiento de este país, nos damos cuenta de que éste se basó en una ampliación del crédito que ocasionó un crecimiento en el consumo. Pero fueron pocos los recursos que se destinaron a la inversión e infraestructura, y políticamente no fueron capaces de realizar reformas estructurales que permitieran crear un entorno que favoreciera el crecimiento sostenido.
Lo anterior ocasionó que después del debilitamiento económico, Brasil no contara con medios suficientes para salir adelante, teniendo que impulsar a la economía mediante una política fiscal expansiva (menos impuestos y más gasto del gobierno) ayudado de más inyección de crédito.
La reducción en los impuestos, el mayor gasto del gobierno y el mayor otorgamiento de crédito generaron incremento en los precios que llevaron al índice de inflación IPCA a niveles cercanos al techo del rango establecido por el BCB de 6.5% (inflación objetivo 4.5% +/- 2.0%), alimentado también por una depreciación cambiaria que no hizo más que agravar la situación.
La alta inflación, por su parte, provocó que el Banco Central de Brasil tuviera que adoptar una política monetaria restrictiva, incrementando la tasa de referencia SELIC de 7.25 a 11.00%, lo que frenó aún más el débil crecimiento económico. Por si fuera poco, todos los efectos antes mencionados impactaron negativamente las cuentas fiscales de Brasil, generando un déficit en la cuenta corriente de aproximadamente -3.6% de su Producto Interno Bruto.
Sin duda toda esta situación ha sido una tormenta perfecta que mantiene a Brasil sumergida en una situación macroeconómica complicada; a los inversionistas, escépticos, y a los gobernantes, ocupados en descifrar las medidas necesarias para salir de este círculo vicioso.
Finalmente, es importante mencionar que la situación económica de Brasil jugará un rol muy importante en los próximos meses y no precisamente por el Mundial de Futbol, sino por las próximas elecciones presidenciales que se llevarán a cabo en el mes de octubre y que definirán el futuro de la actual mandataria Dilma Rousseff, quien ha visto su popularidad impactada negativamente en las últimas encuestas.
El autor es Asset Management en Gestión de Activos Pan Latam de BBVA Bancomer.