Suplementos alimenticios, la manera segura de escogerlos

Buscar mejorar nuestra calidad de vida a través de sustancias, ejercicios y terapias es algo común, si implementamos estrategias para sentirnos mejor física y mentalmente, sin embargo, en algunos casos es necesario hacerlo de manera profesional y bajo la supervisión de expertos.

La Comisión Federal para la protección Contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), define a los suplementos alimenticios como productos a base de hierbas, extractos vegetales, alimentos tradicionales, deshidratados o concentrados de frutas, adicionados o no, de vitaminas o minerales, y cuya finalidad de uso sea incrementar la ingesta dietética total, complementar o suplir algún componente

El mercado mexicano es uno de los más grandes en este ámbitos, y se encuentra a la alza. Según la Asociación Nacional de la Industria de Suplementos Alimenticios (ANAISA), existen 15 millones de consumidores de suplementos alimenticios, representando el mayor número en América Latina.

Los suplementos alimenticios son algo que, cada vez, es más común ver y consumir, se pueden conseguir con facilidad en tiendas de autoservicio, redes sociales y tiendas digitales.

Es fundamental poner atención a varios ámbitos para evitar caer en productos fraudulentos que puedan afectar la salud y el bolsillo.

¿Quiénes y por qué los recomiendan?

David Solar es médico internista y nefrólogo, advierte que solamente los profesionales en la salud, nutriólogos y entrenadores con licencia de educación física, también aclaró que los tratamientos con estas sustancias deben tener siempre un plan y se deben recetar con alguna justificación.

“Dentro de los médicos, probablemente los que más prescriben algún suplemento alimenticio son los ginecólogos durante los embarazos, la medicina interna, la hematología y la nefrología” aclaró sobre los especialistas de la salud que pueden recomendar el consumo de algún suplemento.

En el caso de los entrenadores y expertos en educación física, externó la necesidad de hacerlo con sumo cuidado y dando especial atención a la calidad de los productos recomendados, pues declaró que muchas veces hacen algunas prescripciones con fines comerciales.

¿Qué precauciones se deben tomar al consumirlos?

La primera recomendación que David Solar extendió al consumir estas sustancias fue el hacerlo siempre con una recomendación profesional y evitar hacerlo porque a una persona cercana le fue bien, o porque en redes sociales se ponga de moda, esas prácticas pueden poner en riesgo la salud.

Todos los productos que presuman propiedades para bajar de peso, ganar masa muscular o proveer al cliente de algún nutriente deben estar debidamente etiquetados bajo los lineamientos que Cofepris tiene publicados en su folleto de etiquetado, donde deberán exponer sus ingredientes, detalles del fabricante, contenido nutricional y advertencias relevantes.

Los denominados productos milagro son la principal manera de fraude dentro del mercado de los suplementos alimenticios, estos productos se anuncian prometiendo resultados muy evidentes a los clientes, con poco o nulo esfuerzo y en periodos muy reducidos.

“La regulación de Cofepris en medicamentos es sumamente estricta, sin embargo, en el caso de suplementos es mucho más laxa. Muchos laboratorios se aprovechan de eso, pero el cliente debe estar atento al etiquetado para no desperdiciar dinero y tiempo”, recalcó David Solar.

Otra rama de los suplementos donde hay que tener especial cuidado, es el de los productos ofrecidos de manera informal, a base de herbolaria y sin etiquetado regulado por Cofepris.

“Cuando nos metemos en territorio más delicado como el de la herbolaria, muchas plantas no están estudiadas científicamente respecto a su perfil de seguridad y eficacia, se consumen con base de creencias y su reputación”, avisó David Solar.

En el tema de los costos

La cantidad de suplementos alimenticios que se comercializan en el país es muy grande, desde complejo B, probióticos y proteínas hasta cosas más especializadas enfocadas al tratamiento de alguna enfermedad y que llegan a ser de grado farmacéutico, con este contexto, los costos de comprar tan solo una presentación pueden variar desde menos de 100 pesos hasta varios miles de ellos .

Adicionalmente, las consultas médicas, el plan de seguimiento y la vigilancia de especialistas por medio de estudios de sangre u orina representan un costo extra, pero con el fin de garantizar la seguridad del tratamiento.

Estos costos son totalmente justificados, ya que consumirlos de forma irregular, puede generar problemas aún más costosos hacia nuestros bolsillos, poniendo en riesgo órganos cómo el hígado y los riñones, afirman los expertos.

emilio.argueta@eleconomista.mx