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Geopolítica

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2014: Referendos que cambiaron el mundo

El 2014 se perfila como un año especial para la democracia, pues 42% del mundo votará en algún momento, según la revista The Economist. Probablemente es el año en que ha emitido algún voto un mayor número de personas.

El 2014 se perfila como un año especial para la democracia, pues 42% del mundo votará en algún momento, según la revista The Economist. Probablemente es el año en que ha emitido algún voto un mayor número de personas.

El mejor ejemplo de esta democracia fue en India, donde 814.5 millones de personas votaron en una de las elecciones más grandes de la historia. El dramático resultado de esa elección es, sin duda, un punto importante en la historia, aunque parece que no fueron las votaciones más importantes del 2014.

En cambio, parece que los referendos -esas raras votaciones sobre cuestiones individuales- son lo que realmente ha reconfigurado el mundo este año.

En sólo ocho días, Escocia tendrá un referéndum sobre la conveniencia de convertirse en un país independiente y abandonar el Reino Unido, donde las encuestas recientes sugieren que el sí va a la cabecera. Esta votación podría marcar el final de una unión de 300 años y tendría repercusiones para Escocia, el Reino Unido y sus aliados. Algunos predicen una grave situación económica en Escocia, mientras que otros imaginan escenarios extravagantes, como una guerra.

En última instancia, lo que realmente sucederá es difícil de predecir y está sujeto a cambios, pero incluso si esta vez gana el no a la independencia de Escocia, hay una gran posibilidad de que en algún momento del futuro pueda haber un sí . Una coalición formada por los partidos políticos británicos ofreció a los escoceses un calendario de nuevas competencias fiscales, lo que significa que no importa en qué, Gran Bretaña cambiará.

Sin embargo, el de Escocia no es el primer referéndum del año. En marzo, la península ucraniana de Crimea votó en favor de unirse a la Federación Rusa. El resultado final de esa votación (96.7% en favor, con una participación de 83%) se puso en duda en el momento -la presencia de soldados rusos y la falta de observadores internacionales generó desconfianza acerca de los resultados-, aunque los prorrusos ya lo habían pronosticado. En cualquier caso, las críticas internacionales no importaron mucho, puede que el mundo no lo reconozca, Crimea ahora pertenece al territorio ruso.

Seis meses después, el impacto de este referéndum sigue vigente. El presidente ruso, Vladimir Putin, dio marcha atrás a la convocatoria de un referéndum en el este de Ucrania, pero los críticos lo acusan de organizar una invasión encubierta a la región. Ahora Ucrania y Rusia negociaron un frágil acuerdo de paz, con el que muchos ucranianos creen que los rebeldes dejarán las zonas controladas. El referéndum de Crimea fue el comienzo de un proceso que ha puesto a Rusia en desacuerdo con gran parte del mundo, reavivando las preocupaciones de la Guerra Fría e incluso aumentando las preocupaciones sobre una guerra nuclear. Los países con grandes minorías rusas permanecen nerviosos.

Sería un error exagerar las similitudes entre Crimea y Escocia, pues viven situaciones muy diferentes; sin embargo, todo el mundo está tomando ambas situaciones como recordatorio de que las fronteras no están escritas en piedra. Y los referendos aún no terminan.

En noviembre, los separatistas de Cataluña planean tener su propio referéndum independentista, por lo que siguen muy de cerca la situación de Escocia, igual que otros movimientos parecidos en todo el mundo. Europa, en particular, es un hervidero de movimientos separatistas, Flandes, el País Vasco y Gran Bretaña sólo son los ejemplos más notables. Eve Hepburn, de la Universidad de Edimburgo, observó un efecto dominó que emerge en al menos tres regiones italianas. Incluso en áreas tan lejanas como China comienzan a sentirse nerviosos por sus propios movimientos separatistas y las secuelas que dejarán los referendos del 2014.

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