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Geopolítica

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Bernardo Arévalo se perfila como el nuevo presidente de Guatemala

El Tribunal Supremo Electoral (TSE) de Guatemala informó que el candidato de Movimiento Semilla aventajaba por más de 20 puntos porcentuales a la exprimera dama Sandra Torres.

Bernardo Arévalo, candidato de Movimiento Semilla. Foto EE: Especial.

Bernardo Arévalo, candidato de Movimiento Semilla. Foto EE: Especial.

El candidato anticorrupción Bernardo Arévalo lograba una ventaja de poco más de 20 puntos porcentuales sobre la exprimera dama Sandra Torres en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de Guatemala del domingo, según resultados oficiales preliminares, un resultado que iniciaría una nueva era en el país acosado por la corrupción y el autoritarismo.

Con el 95% de las actas procesadas por el Tribunal Supremo Electoral (TSE), Arévalo, un diplomático de carrera de 64 años, cosechaba el 59% de los votos y Torres, de 67 años y vista como representante del statu quo, tenía el 36%.

En la última década, Guatemala ha venido descendiendo en el ranking de percepción de corrupción de la ONG Transparencia Internacional hasta alcanzar el año pasado su peor calificación y ubicarse en el puesto 150 de 180 países.

El nuevo presidente de Guatemala asumirá el poder a principios de 2024 mientras la violencia y el alto costo de vida azotan al país, provocando que se haya convertido en el principal expulsor de migrantes centroamericanos a Estados Unidos. La ONU estima que más de 1.3 millones de guatemaltecos viven en Estados Unidos, la mitad de ellos de forma irregular. La cifra es 44% más alta que hace una década.

"Voté por Arévalo porque es la única opción que tenemos, votar por Sandra es votar por lo mismo", opinó Roberto Álvarez, un contador de 74 años, tras sufragar en un colegio capitalino.

"Arévalo no puede hacer mucho porque la corrupción viene desde la colonia y cambiar en cuatro años no se puede pero sí puede comenzar a hacer un cambio y generar las bases", agregó.

El hijo del exmandatario Juan José Arévalo (1945-1951) cosechó simpatías con sus promesas de erradicar la corrupción, aumentar la cantidad de policías, mejorar la generación de empleo y combatir el cambio climático.

Su sorpresivo segundo puesto en la primera vuelta de junio provocó llamados de los opositores a recuentos que retrasaron los resultados oficiales. Su partido fue suspendido brevemente a pedido de un fiscal antes de que el tribunal supremo del país revocara la prohibición.

Movimiento Semilla, el partido de Arévalo, denunció presuntas irregularidades durante la jornada del domingo y dijo que había presentado una denuncia penal por la supuesta compra de votos del partido de Torres, UNE, a cambio de víveres. Según personeros de Semilla, las personas detenidas en flagrancia están bajo custodia policial.

El saliente mandatario, Alejandro Giammattei, prometió garantizar una votación pacífica y una transición ordenada del poder. La elección ha sido observada de cerca por la comunidad internacional, incluido Estados Unidos, quienes han pedido respetar las reglas democráticas.

Escepticismo

Muchos guatemaltecos sin embargo, siguen escépticos, ya que en los últimos años el Gobierno ha debilitado las instituciones democráticas, expulsó a investigadores de una misión contra la impunidad respaldada por la ONU y atacó a jueces y activistas anticorrupción, muchos de los cuales se exiliaron.

El fiscal general que pidió la suspensión del Movimiento Semilla había sido agregado previamente por el Departamento de Estado estadounidense a su llamada Lista Engel de "actores corruptos y antidemocráticos".

El domingo, una magistrada del TSE, Blanca Alfaro, dijo que considera poner su cargo a disposición la próxima semana luego de haber recibido amenazas de muerte en su teléfono móvil.

El sucesor de Giammattei lidiará con un Congreso fragmentado como el actual, donde ninguna fuerza tiene amplia mayoría. Semilla cuenta con 23 de 160 escaños, mientras que el partido de Giammattei es la principal fuerza política con 39 curules, seguido de la UNE -de Torres-, con 28 asientos.

El presidente electo debería asumir el cargo el 14 de enero, aunque expertos han advertido que los meses posteriores a la votación los resultados podrían verse cuestionados.

"Si bien el Gobierno ha dado muestras de apertura, en realidad el Ministerio Público, no. El riesgo es (...) la criminalización y la judicialización del proceso electoral", opinó Ana María Méndez, directora para Centroamérica en la organización de investigación WOLA (Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos).

"Puede haber un quiebre democrático severo, está ese riesgo si es que no se respeta la voluntad popular", agregó.

Un abogado de Semilla, Juan Guerrero, dijo a Reuters que el partido esperaba que el Ministerio Público iniciara más "casos falsos" contra ellos tan pronto como el lunes.

 

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