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Capitalizar el atentado: el plan de Cristina Kirchner
El gobierno de Alberto Fernández está convencido que el atentado contra la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner unió al Frente de Todos. Para algunos el siguiente paso será impulsar su candidatura hacia el 2023.
"Hay que cuidar a Cristina", la frase se repite entre dirigentes kirchneristas con un dramatismo que nunca antes hubo en ese espacio político. Ningún dirigente llegó siquiera a sospechar que la vicepresidenta Cristina Kirchner, o algún otro funcionario, podría haber sufrido un ataque como el del jueves 1 de septiembre. Ni siquiera Máximo Kirchner cuando alertó que hay sectores que "quieren un muerto peronista". El diputado pensaba más en el riesgo de la violencia policial o callejera contra algún militante que en lo que ocurrió.
"Hay que cuidar a Cristina" tiene letra chica. El intento de magnicidio terminó de acomodar las diferencias internas en el Frente de Todos que ya se encauzaban con más firmeza desde que Sergio Massa asumió como ministro de Economía. Sus adeptos ya la quieren lanzar para 2023.
Un dato más: la propuesta de creación de una comisión de diálogo y paz que hicieron los gobernadores se terminó de escribir en el despacho de Cristina Kirchner en la noche del lunes cuando Jorge Capitanich y Axel Kicillof se fueron de las oficinas del CFI hacia el Senado. La vicepresidenta encargó al ministro del Interior, Eduardo ‘Wado' de Pedro, que avance en la convocatoria a un diálogo con empresarios, gremios y dirigentes políticos. También hubo guiño de Alberto Fernández que lo anticipó en su paso por la convención anual de la Cámara de la Construcción.
El plan K
Los que piensan en términos electorales hablan de la necesidad de un plan de 40 semanas. Es el tiempo que falta hasta las elecciones Primarias. Un ministro con buen diálogo con el presidente Alberto Fernández y llegada al Instituto Patria sugiere hacer una acción importante cada siete días, concentrar esfuerzos, mejorar la comunicación para capitalizar hechos positivos y no superponer unos con otros.
Creen que la política de impacto universal es la económica pero también que deben mostrarse los logros de crecimiento de empleo y la gestión de Gabriel Katopodis (Obras Públicas), Jorge Ferraresi (Hábitat y Vivienda), Juan Zabaleta (Desarrollo Social), Daniel Filmus (Ciencia y Tecnología) y Fernanda Raverta (Anses) como motores del desarrollo del país y acompañamiento a los más necesitados.
Para escapar a los recortes de Economía, por ejemplo, Ferraresi corrió los plazos de obras aunque una vez por semana apunta una inauguración o seguimiento de obra. El 6 de octubre, seguramente con el presidente, inaugurará la vivienda 60,000 en San Juan. Cristina Kirchner hasta ahora prefiere no participar.
La otra sugerencia que le han hecho llegar a CFK es que se corra de la agenda judicial y vuelva a hablar del futuro y no de su pelea con Comodoro Py, excepto cuando le toque reaparecer en el juicio de Vialidad en el marco del alegato de sus abogados defensores.
"Las tragedias cambian la imagen", reflexiona un funcionario que recuerda lo que fue 2010 con la muerte de Néstor Kirchner y a pesar de que los primeros sondeos difundidos no indican un repunte en la imagen de la vicepresidenta. Aún así, insiste en que ella debe mantener la centralidad con un discurso por encima de las actuales discusiones de coyuntura y el barro político y judicial.
Ese mismo dirigente admite que cuando decida volver en la escena pública, más allá de su lugar como titular del Senado de la Nación, debe hacerlo en espacios cuidados. Por ejemplo ya se replantean los actos abiertos y multitudinarios.
Cristina 2023
Aunque la última palabra la tiene CFK, no son pocos los que dicen que "la bala que no salió la convirtió en candidata a presidenta". Ella sin embargo, como es habitual, preserva sus intenciones.
En un escenario en el que ella no fuera más que la gran electora, hay dos nombres que se imponen a condición de que descienda la inflación y se acomode la economía. "Sergio vino a fortalecerse", coinciden dos ministros de distintos espacios internos. Ambos también reconocen que si Massa reencauza la gestión, Alberto Fernández podría pretender ir por su reelección.
Sobre el apoyo K al tigrense hay respuestas repetidas. "El acuerdo con el campo es espantoso pero no nos queda otra que aceptar" repiten los que toman las palabras de Kicillof como señal de que hay que "bancar" como sea mientras se fortalecen las reservas. Recién después se discutirá cómo mejorar la redistribución de la riqueza. La esperanza está puesta en que le gestión massista permita ir bajando la inflación.
"Sergio es jefe, tiene poder", elogian también en el entorno kirchnerista su forma de ocupar una cartera caliente, una de las tantas diferencias con Martín Guzmán.
Sobre el ataque coinciden tanto kirchneristas como no kirchneristas en que es una "oportunidad" de consolidar al Frente de Todos y a las diversas tribus que rodean a la vicepresidenta.
¿Habrá PASO?
¿Alguien se imagina una PASO de un ministro contra su propio presidente?", advierten los que de todos modos están convencidos de que quien quiera presentarse, para tener chances, tendrá que acordar con Cristina Kirchner, sea Massa o Fernández. Parece imposible que ella repita su opción 2019.
"Estábamos sin cartas, sin plan, pero después del alegato del fiscal (que pidió 12 años de prisión para CFK), con las movilizaciones a la casa de la vicepresidenta, el episodio de las vallas, la gestión de Sergio, el reencuentro entre Alberto y Cristina y el atentado, hoy tenemos aire", mostró cierto alivio ante El Cronista un funcionario con despacho cercano a la Casa Rosada.
La movilización ayudó a "recuperar lo propio", indicó y contó que en el entorno de Cristina Kirchner hay satisfacción sobre el feriado y la movilización. El análisis lo comparten incluso en el Frente Renovador, espacio que también fue a Plaza de Mayo.
Un funcionario bonaerense, renovador, tiene la misma opinión: "El kirchnerismo reforzó lo propio". En su caso se reserva cualquier pronóstico sobre candidaturas y sobre 2023. Alega que falta tiempo y gestión para convencer a los no convencidos y especialmente a los que votaron la fórmula Fernández-Fernández y que hoy están frustrados o en una peor situación económica.