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Cocaína adulterada en Buenos Aires: 20 muertos, 100 hospitalizados y la evidencia de la narcopolítica
Crónica en primera persona de lo que nadie cuenta sobre la presencia del narcotráfico en la provincia de Buenos Aires desde los años '90. La trama que todos ven pero nadie denuncia. Los vínculos entre los narcos y el poder político.
Cuando se habla de narcotráfico, narcomenudeo, 'zonas tomadas, liberadas o cualquier otra definición que se le quiera dar, hay que saber que en el Conurbano de la provincia de Buenos Aires se muestran las mayores miserias. Pero también se obvian los rodeos y las formas que en otras latitudes prefieren adoptar.
Directos, jueces, fiscales, jefes policiales saben que antes que nada deben pasar por los despachos o los domicilios de senadores, diputados o intendentes. Son ellos los verdaderos 'dueños de las lapiceras' que luego designan a las autoridades no políticas de los otros estamentos del Estado.
Lo que nadie cuenta del drama de la droga adulterada
Lo que se vio esta semana en el rincón norte de Tres de Febrero, con la tragedia de la droga adulterada que mató a más de 20 personas y hospitalizó a cerca de 100 (cifras al cierre de esta columna) no fue más que la decadencia global a la que estamos sometidos.
No se trata de dealers experimentados, que venden 'de la buena', sino mercanchifles que son los 'choferes' o 'soldaditos' de los viejos jefes narcos, como Miguel Ángel 'Mameluco' Villalba o Javier 'El rengo' Pacheco, que dominaban los territorios de General San Martín y aledaños.
No es el único que era chófer. Varios intendentes de la actualidad lo eran de sus respectivos jefes políticos en más de una ocasión. Saber escuchar sirve de mucho, parece.
Entonces, si la Justicia depende de la política, y la dirigencia de no "alterar lo que ya por lo menos manejamos", los asentamientos, los dealers y los delitos seguirán ocurriendo porque "en estos casos, todo lo nuevo es más caro y peor". Palabras sabias de un reconocido dirigente regional o ya a punto de jubilarse.
La decadencia del conurbano, en primera persona
En la zona donde se conmueven con las muertes y la distribución de 'droga asesina' como si la normal no lo hiciera —ya todo un dislate— a mediados de los '90 llegó a la delegación de Investigaciones Especiales con asiento en Caseros un comisario de apellido Ferrari, Luis, que no tenía buena relación con sus superiores de la Regional y mucho menos con el intendente Hugo Curto, jefe político del distrito y la región.
El primer día citó a una conferencia de prensa y al siguiente le pidió a este periodista que lo acompañe a un operativo en Pablo Podestá, del otro lado de Puerta 8, cruzando la Ruta 8. Allí se encontraron cientos de autos desarmados y enterrados.
Al día siguiente, el jefe de la departamental y su segundo lo citaron para pedirle explicaciones. Osado, pidió que lo acompañara y, ante mi sorpresa, un reconocido comisario que había transitado por varias localidades preguntaba reiteradamente en qué lugar era que se estaba denunciando tráfico de mercaderías robadas y estupefacientes.
De esto pasaron 27 años. La 9 de Julio y la Villa 18 ya existían como centros de distribución conocidos. Pero las autoridades de ese momento seguían preguntando de qué lugar estábamos hablando. Por supuesto, a los dos meses, Ferrari fue trasladado...
El día que me amenazaron
Recién amanecía el siglo XXI y uno de los delincuentes más 'pesados' de aquellos tiempos me citó en un conocido negocio de comidas rápidas de un centro comercial para darme el siguiente mensaje. "Si seguís hablando de esto, te pueden matar en cualquier momento. No jodas con esas cosas".
'Carlitos' ahora está preso porque le comprobaron un asesinato y varios hechos más que lo pueden tener 'guardado' por más de una década adicional a la que ya carga. Su queja-amenaza tenía que ver con una nota escrita en el año 2009 sobre la "Ruta clandestina del narcotráfico", que justamente conectaba la famosa Puerta 8 de Loma Hermosa con Villa Cárcova, en el límite a través de una ruta autoconstruida por los narcos y delincuentes en paralelo al Camino del Buen Ayre.
La conversación siguió su curso, la amenaza se transformó en 'broma' y tiempo después nuestras vidas se volvieron a cruzar cuando intentó, sin éxito, ofrecer su ambulancia, que funcionaba para ingresar a los pasillos donde no llegaba el Estado Presente, al municipio.
Es que 'Carlitos' tuvo la idea de donar esa ambulancia a la municipalidad de General San Martín como contribución a la nueva administración municipal que recién asumía, en 2011. Se la rechazaron.
La fundación La Sonrisa de los Niños y su fundador iniciaron en ese momento una tormenta de denuncias y amenazas que provocó que uno de los funcionarios más importantes de la gestión tuviera que mudarse de barrio y domicilio. se fue de una casa con parque a un departamento en pleno centro de General San Martín.
Lo llamativo de esta situación es que la 'estrategia de la ambulancia' parece haber trascendido varias fronteras. Ya lo dijo Mario Ishii, acompañante del presidente Alberto Fernández en su gira por Rusia y China, quien acusó hace dos años a los médicos y enfermeros de protegerlos "mientras trafican 'falopa' en las ambulancias" de José C. Paz.
Cuando 'Mameluco' quiso ser intendente
Años más tarde, un poco más sofisticado, Miguel Ángel 'Mameluco' Villalba intentó ser intendente de esta misma localidad. Para eso montó un gran operativo mediático.
Villalba militaba, como Milagro Sala y tantos otros, en Kolina, la agrupación de Alicia Kirchner. Hasta Marcela 'La Tigresa' Acuña, siempre lejos de todo tipo de cuestión que la vinculara con el narco, supo tener algún encuentro en común con él. Ella era de la misma agrupación pero en Tres de Febrero, limítrofe con San Marín.
Sin embargo, la historia política de Villalba terminó abruptamente cuando quiso ingresar casi de prepo en un acto organizado por Graciela Camaño para su candidato presidencial, Eduardo Duhalde, en el predio del Parque Hipólito Yrigoyen.
Con su poderosa 4x4 negra, 'Mameluco' se paseaba por la puerta del Concejo Deliberante local, insultaba a los dirigentes políticos peronistas y kirchneristas personalmente o a través de los medios y no le pasaba absolutamente nada.
Por su lavadero de Juan D. Perón y Caseros pasaban diariamente 'buscas', dealers, 'dirigentes' y cuentapropistas. Su hermano solía ser uno de los pocos que lo hacía callar. Sin embargo, todo ese poder, ganado a fuerza de prepotencia y audacia, terminó cuando tocó un límite.
Al día siguiente de su pretendida incursión, sorpresivamente por orden de un juez con mucha relación con la política, Juan Manuel Yalj, que oportunamente estaba a cargo del Juzgado Federal 1 de San Martín, fue detenido por múltiples causas. Todas ciertas, nada inventado. Pero pedido directamente por la rama política de la localidad que ya no soportaba las intromisiones del narcopolítico.
Más acá en el tiempo, otro 'poderoso', que manejaba el complejo Punta Mogotes de La Salada, José Catillo, intentó algo parecido y empezó a denunciar al actual jefe de gabinete provincial, por entonces intendente de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde. De pronto, le encontraron todas las pruebas que la gente creía que ya tenía desde antes y sigue, hasta hoy, en prisión.
Mameluco y los regalos a sus perseguidores
En cuanto a 'Mameluco', su fama ya había empezado a impregnar a las fuerzas de seguridad locales por regalar vehículos de alta gama a sus perseguidores.
'La Casita', creada por el ex comisario Rossi, famoso en la época de Eduardo Duhalde por el manejo de la zona norte y sobre todo del narcotráfico, recibía cotidianamente algún tipo de presente en su sede de Luis María Campos casi llegando a la Fiat. Tanta era la vinculación con la policía de las comisarías 8°, 4° y 5° de San Martín que el juez Yalj tuvo que utilizar a Gendarmes para su operativo detención. Desconfiaba, inclusive, de la Policía Federal. Villalba se sorprendió, no lo esperaba, pero creía que saldría rápido. Aún está en prisión.
En cuanto al 'chalet' o 'La Casita', se llamaba así porque era eso: una construcción típica de barrio que hoy aún sirve de sede de la Delegación Narcóticos que cubre General San Martín y Tres de Febrero.
¿Por qué Mameluco quería ser intendente?
Todos, y él mismo, sabían que eso jamás sucedería. Pero la campaña de más de un año le sirvió para instalar su marca y aparecer como jefe de un territorio. ¿Con quién otro debían hablar los que querían vender cualquier sustancia apócrifa en la región?
Desde su caída hubo reemplazos, reacomodamientos y apariciones sorpresivas, como 'los peruanos' que querían apodarse de Villa Loyola, en el otro extremo de General San Martín, a unas 20 cuadras de CABA. Un fuerte compromiso de todos los niveles del Estado (municipal, provincial y nacional) hizo que su fuerza se diluyera y también se ahuyentaran. Hoy, los vecinos del otro lado de la avenida Constituyentes, de las villas Habana y Las Flores, sufren esos éxodos y nuevos asentamientos.
Asentamientos, usurpaciones y monoblocks. Nada es casual y todo está en un lugar clave. La 9 de Julio, Cárcova, Corea, Puerta 8 y La 18, por ejemplo, son usurpaciones en terrenos cuyos dueños nunca reclamaron o eran fiscales. Ubicados al frente de una avenida, como la 9 de Julio, o en las proximidades de rutas nacionales y provinciales, son excepcionales por su posibilidad logística para llegar rápido a Rosario, Tigre, San Fernando, General Rodríguez, Luján, Moreno, y la Ciudad de Buenos Aires.
El complejo barrial Ejército De los Andes, comúnmente conocido como Fuerte Apache, está a 10 cuadras de la General Paz. Loyola, a 20. Y la Carlos Gardel, atrás del Hospital Posadas, en Haedo, casi al margen de la Autopista del Oeste. Todos barrios Fonavi, se transformaron por el imperio de la marginalidad y la decadencia en zonas a custodiar que afectaron, también, los barrios linderos.
En definitiva, la crónica de una Argentina que todos vienen viendo, pero nadie se atreve a cambiar.
rrg