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Geopolítica

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Crisis fronteriza divide política estatal y federal

Las autoridades federales recurrieron a muchos estados para encontrar la manera de mantener a los niños; el gobierno, en la disyuntiva de si permitir que vayan con sus familias o deportarlos.

Tucson. Un gobernador se conmovió hasta las lágrimas. Un alcalde se preocupó sobre la enfermedad y el crimen. Un concejal de la ciudad acusó al gobierno federal de guardar secretos.

La situación de miles de migrantes menores de edad centroamericanos no acompañados está obligando a una conversación emocional e incómoda a políticos de todos los niveles. Desde hace algunos meses, un gran número de niños migrantes comenzó a aparecer en el valle del Río Bravo. Las autoridades federales han recurrido a muchos estados para encontrar la manera de mantener a los niños, mientras que el gobierno se encuentra en la disyuntiva de si permitir que vayan con sus familias o deportarlos.

Sin embargo, incluso en lugares donde el gobierno por lo general puede contar con apoyo se ha encontrado resistencia, sospecha o -en algunos casos- simple desconcierto por la edad de los menores. Los gobernadores demócratas de Connecticut y Maryland se han opuesto a las propuestas para colocar refugios para los niños en sus estados. Y cuando los oficiales federales se dirigieron al gobernador de Vermont, Peter Shumlin (demócrata), no se les dio exactamente un juego de llaves para la instalación del albergue con capacidad para 1,000 niños que estaban buscando.

Obviamente no tenemos tal capacidad en Vermont , declaró Susan Allen, subjefa del personal de Shumlin. No tenemos armerías disponibles, ni tampoco una base militar ,añadió.

En Tucson, una ciudad universitaria de tendencia izquierdista en el Arizona conservador, la confusión y la desconfianza se extienden después de la aparición de los equipos de trabajo en un extenso complejo de apartamentos de dos pisos que antiguamente albergaba a estudiantes universitarios. Finalmente, las autoridades federales confirmaron que el complejo estaba siendo rehabilitado para albergar a menores no acompañados.

Steve Kozachik, un concejal de la ciudad de Tucson que ha coordinado los esfuerzos de ayuda a los migrantes y que apoya el alojamiento de los niños en dicho establecimiento, enfureció. Ya había un aire de tensión después de las protestas en la pequeña ciudad de Oracle, Arizona, donde el sheriff refirió que los denunciantes le dijeron que los niños migrantes serían enviados allí. Kozachik estaba preocupado por una reacción violenta en Tucson debido a la falta de información dada al público. Si quieren apaciguar las sospechas, deberían decir: ‘Esto es lo que tenemos’. Necesitan un diálogo más abierto con la comunidad .

En Artesia, el alcalde Phillip Burch encontró la manera de mediar entre las autoridades federales y los residentes, quienes refirieron que no les habían dicho lo suficiente respecto de que los menores serían alojados en un centro de capacitación para la aplicación de la ley federal que se reequiparía para cuidar a los migrantes. La gente del pueblo indicó que se sentía preocupada por la introducción de problemas de salud y delincuencia.

Burch dijo que los funcionarios federales aseguraron que sólo las madres y sus hijos se encontraban allí, y que los inmigrantes recibirían una revisión médica muy completa .

Burch insistió en la preocupación de una posible explosión demográfica en su ciudad de 11,000 habitantes. El centro de detención tiene capacidad para 670, aunque los funcionarios federales indicaron que los inmigrantes serían deportados o reunidos con sus familias de otros lugares.

Nuestra comunidad no puede apoyar a 2,000 o 3,000 nuevos residentes cada noche , consideró, aunque el gobierno federal pagará los gastos básicos de alimentación y vivienda.

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