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Geopolítica

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Crisis migratoria en Países Bajos podría causar renuncias de todo el gobierno

Los medios holandeses informaron de que Rutte presentaría la renuncia de todo el Gobierno. Un ministro de la administración confirmó los reportes el viernes por la noche.

Foto: AFP

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El gobierno holandés no logró el viernes llegar a un acuerdo sobre una restricción a la inmigración, lo que provocó una crisis dentro de la coalición del primer ministro Mark Rutte, lo que probablemente derivará en nuevas elecciones en el otoño boreal.

Los medios holandeses informaron de que Rutte presentaría la renuncia de todo el Gobierno. Un ministro de la administración confirmó los reportes el viernes por la noche.

"Los cuatro partidos decidieron que no pueden llegar a un acuerdo sobre migración. Por lo tanto, resolvieron poner fin a este Gobierno", dijo Tim Kuijsten, portavoz del partido de Unión Cristiana, que es parte de la coalición.

Un impulso del partido conservador VVD de Rutte para limitar el flujo de solicitantes de asilo a los Países Bajos dividió a su coalición de Gobierno conformada por cuatro bloques, ya que dos grupos se negaron a apoyar sus propuestas.

La tensión llegó a un punto crítico esta semana, cuando Rutte exigió apoyo para una propuesta para limitar la entrada de los hijos de refugiados de guerra que están en los Países Bajos y hacer que las familias esperen al menos dos años antes de que puedan unirse.

Esta última propuesta hizo que la Unión Cristiana decidiera abandonar la coalición, informó la agencia de noticias ANP, lo que desencadenó una crisis.

Países Bajos ya tiene una de las políticas de inmigración más estrictas de Europa, pero bajo la presión de los partidos de derecha, Rutte había estado tratando durante meses de buscar formas de reducir aún más la afluencia de solicitantes de asilo.

Las solicitudes de asilo en los Países Bajos aumentaron en un tercio el año pasado a más de 46.000, y el Gobierno ha proyectado que podrían aumentar a más de 70.000 este año, superando un máximo del 2015.

Este factor volverá a ejercer presión sobre las instalaciones de asilo del país, donde durante meses el año pasado cientos de refugiados se vieron obligados a dormir a la intemperie con poco o ningún acceso a agua potable, instalaciones sanitarias o atención médica.

Rutte dijo el año pasado que se sentía "avergonzado" por los problemas, después de que el grupo humanitario Médicos sin Fronteras envió por primera vez un equipo a los Países Bajos para ayudar con las necesidades médicas de los inmigrantes en el centro de procesamiento de solicitudes de asilo.

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