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Cuba no enviará a niños a clases presenciales hasta que sean vacunados
La Habana. Sentada frente al televisor, Lía, de 7 años, comenzó el día de ayer 6 de septiembre, un nuevo ciclo escolar, pero lejos de las aulas.
La Habana. Sentada frente al televisor, Lía, de 7 años, comenzó el día de ayer 6 de septiembre, un nuevo ciclo escolar, pero lejos de las aulas. En Cuba, las escuelas no abrirán hasta que todos los niños sean vacunados contra la covid-19 mediante una campaña masiva de inmunización, la primera de este tipo en el mundo.
"Me gusta ir a las clases para ponerme el uniforme", dice la pequeña Lía, de ojos azules y larga cabellera castaña.
También "quiero volver a ver a los amigos y a los maestros", añade con tono malhumorado en su casa en Centro Habana, un barrio obrero de la capital cubana.
La mayoría de las escuelas del país están cerradas desde el 20 de marzo de 2020 y solo reabrieron unas semanas al final del año antes de cerrar otra vez en enero.
Con sus libros de texto y libretas abiertos sobre la mesa del comedor de la casa, Lía no tiene elección: al igual que el resto de los escolares de la isla tiene que seguir las "teleclases", el curso impartido por televisión, pues la mayoría de los hogares cubanos no acceden a internet.
El gobierno comunista anunció que las escuelas abrirán gradualmente, en octubre y noviembre, sólo después de que todos los estudiantes del país estén vacunados.
Tras ensayos clínicos en menores de edad, la campaña de inmunización infantil, con las vacunas cubanas Abdala y Soberana, arrancó el viernes pasado con los mayores de 12 años, y siguió con niños de 2 a 11 años en Cienfuegos.
Condicionar la reapertura de las escuelas a la vacunación infantil es una estrategia que Unicef criticó a finales de julio, cuando abogó por la reanudación de las clases presenciales, en momentos en que 600 millones de niños en el mundo padecen las restricciones anticovid.