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Desmayos y enojo en adiós a Mandela
La falta de una logística eficiente está haciendo enojar a los sudafricanos, quienes un día antes humillaron con abucheos a su presidente, Jacob Zuma, cuyo gobierno está señalado por actos de corrupción.
Pretoria.- Miles de personas hacían fila el miércoles para decir adiós a Nelson Mandela, cuyos restos mortales yacían en el edificio de Pretoria donde el héroe contra el apartheid asumió su mandato en 1994 como el primer presidente negro de Sudáfrica.
Varias personas se desmayaron en un día muy caluroso mientras esperaban para ver el ataúd de Mandela, después de que familiares, personalidades extranjeras y famosos presentaran sus respetos en el imponente edificio de Union Buldings, situado sobre una colina desde la que se ve toda la ciudad.
A media tarde, el calor y la falta de agua y de acceso a sanitarios provocaron desmayos y el aumento del mal humor en la fila para despedir al padre de la Sudáfrica democrática.
"Aquí hay unas 5,000 personas. No hay un solo baño portátil, no hay nadie para la gente. La gente se está enfadando y frustrando", dijo Ronelle Johnston-Hoskins, que estaba en la fila desde la mañana.
A quienes no llevaban identificación, algunos de ellos con niños a la espalda, no se le permitía entrar al lugar, algo que no había sido informado, agregó Johnston-Hoskins.
El Gobierno negó que fuera necesario un documento, pero dijo que la hora de corte se había alcanzado a las 15:30 (1330 GMT), por lo que cientos de personas no iban a poder entrar.
Cualquier percepción de que el Gobierno no ha gestionado bien la logística del acto podría enfurecer aún más a los sudafricanos, al día siguiente de que el presidente Jacob Zuma se viera humillado por abucheos en la ceremonia funeral.
El Gobierno también podría verse perjudicado por la noticia de que en la ceremonia hubo un falso intérprete del lenguaje de los sordos, que hizo gesticulaciones absurdas ante millones de personas que lo veían en televisión en todo el mundo.
El féretro de Mandela, cubierto por la bandera de su país, fue recibido por oficiales que representaban a las ramas de las fuerzas armadas cuando llegó desde el principal hospital militar de la ciudad.
La muerte de Mandela el jueves a los 95 años provocó pena y dolor en el país que lideró como presidente entre 1994 y 1999, así como celebraciones y agradecimientos por su vida y logros.
"Es un momento significativo para mis hijos y para mí", dijo Thapelo Dlamini, un maestro de 48 años, que llevaba dos horas esperando en la calle junto con sus dos hijos.
FIGURAS DESPIDEN A MADIBA
Entre los primeros en acercarse al féretro estuvieron el cantante Bono, la modelo Naomi Campbell y el mandatario de Zimbabue, Robert Mugabe. F.W. de Klerk, el último presidente blanco de Sudáfrica que compartió el Premio Nobel de la Paz con Mandela, pareció derramar una lágrima al acercarse.
"Quiero verlo. Incluso si tengo que pararme aquí por tres horas, quiero verlo. Es mi última oportunidad", comentó Habib Urehem, un profesor de Islam de 66 años.
El estado de ánimo de los concurrentes era más bien sombrío, una marcada diferencia con los actos de homenaje del martes en Soweto, donde una multitud bailó y cantó bajo la lluvia para honrar la memoria de Mandela y abucheó a Zuma.
La muerte de Mandela ha desviado la atención de una serie de escándalos de corrupción cometidos durante el Gobierno de Zuma, pero también ha remarcado las diferencias entre el primer y el cuarto presidente negro de Sudáfrica.
Aunque los diarios sudafricanos criticaron a Zuma el miércoles, también reprendieron a la multitud por abuchearlo durante el servicio para conmemorar a un hombre famoso por su capacidad para reconciliarse y perdonar a ex enemigos.
The Star, el principal periódico de Johannesburgo, llevó como titular principal "Humillación de Zuma".
Los cinco años de Zuma en el poder han sido marcados por escándalos, un débil crecimiento económico y descontento social y laboral.
Mandela será enterrado el domingo en Qunu, su hogar ancestral en la provincia Oriental del Cabo, a 700 kilómetros de Johannesburgo.
APR