El mayor error estratégico cometido por los republicanos en el tema del cierre

Desde casi cualquier ángulo, el despliegue de las discusiones acerca de la atención médica -un elemento central de la Ley de Protección al Paciente y Cuidado de Salud Asequible- ha sido un desastre. Los errores técnicos abundan y una nueva encuesta realizada por The Associated Press y GfK muestra que sólo 27% de los estadounidenses creen que la publicación de dichas controversias ha salido bien.

Esa es la portada o cabeza principal de las noticias transmitidas. Y todo es malo para el presidente de Estados Unidos, Barack Obama. Salvo por el hecho de que el gobierno federal está cerrado, una historia tan grande que ha jalado la atención de los medios de comunicación que, en prácticamente cualquier otra circunstancia, se habría dirigido a los problemas con Obamacare. Y ese es el único y mayor traspié estratégico de los republicanos en toda esta situación del cierre administrativo y el único que podría atormentarlos durante los próximos meses.

Como hemos escrito antes, el tema de la atención médica es un ganador absoluto -si los sondeos son correctos- para los republicanos en las elecciones intermedias, a menos que metan la pata, que están en proceso de hacerlo.

En primer lugar, los republicanos -liderados por el senador, Ted Cruz- decidieron, literalmente, usar el único mensaje en contra del Obamacare, que no es popular entre el público: unir el quitarle fondos a la ley, para financiar al gobierno federal.

En una encuesta de The Washington Post y ABC News, en Washington, llevada a cabo a finales del mes pasado, sólo uno de cada cuatro (27%) de los encuestados dijeron que aprobaban unir el desfinanciamiento de Obamacare para mantener el gobierno abierto. Ese mismo sondeo mostró que una mayoría (52%) de los estadounidenses desaprueba la Ley de Protección al Paciente y Cuidado de Salud Asequible.

Y ahora, al ejercer la amenaza de cerrar el gobierno a menos que Obama y los demócratas del Senado acuerden revisar la ley de atención de salud, los republicanos han bloqueado por completo un tema de gran relevancia para ellos ante el público estadounidense.

Imagine usted por un momento que después de luchar enardecidamente para derogar y desfondar Obamacare, los republicanos del Congreso hubieran hecho un trato el 30 de septiembre para mantener el gobierno abierto. Al día siguiente, los intercambios acerca del tema de la atención médica habrían debutado con malas críticas. No sólo habría una cobertura mediática completa de los problemas, sino que los republicanos estarían perfectamente posicionados para decir se los dijimos .

Las luchas dentro de las discusiones para salir del problema serían la prueba número uno para reforzar el argumento republicano de que el programa simplemente no está listo para ocupar el prime time y que tiene que ser retrasado o reexaminado. En cambio, los problemas con el despliegue de las discusiones sobre el tema de la atención médica están en un segundo plano. ¿Qué está en el primero? La división dentro del Partido Republicano sobre la mejor manera de avanzar en el cierre gubernamental y el amplio debate fiscal.

Ya que estamos en la temporada de playoffs del béisbol, lo pondremos en estos términos: los republicanos recibieron una bola curva y no sólo no le pegaron, sino que cerraron los ojos cuando fue lanzada. Y es casi seguro que miraran con pesar el haber tomado esa decisión.