En todo México, una sola armería

Ciudad de México, DF. En todo México hay una sola tienda de armas. La armería, conocida oficialmente como la Dirección de Venta de Armas y Municiones, es operada por el Ejército. Los empleados son soldados y casi nunca están muy ocupados.

Para adquirir un arma legalmente en México el interesado debe venir a la capital, aunque viva en Ciudad Juárez a 2,000 kilómetros de distancia.

Para ingresar a la tienda, dentro de una base militar de la Secretaría de la Defensa, debe presentar identificación oficial, pasar por un detector de metales, someterse a revisión personal y entregar teléfonos celulares y cámaras.

Ya en la tienda, debe presentar cartas de referencia, que sus ingresos son legítimos, que no tiene antecedentes penales y que cumplió debidamente con el servicio militar. A cada cliente potencial se le toman huellas y fotografía, y finalmente, si cumple con los criterios se le vende una sola arma de pequeño calibre para defender su hogar y una pequeña caja de balas.

México cuenta con uno de los reglamentos de control de armas más estrictos del mundo y, sin embargo, el país está inundado de armas ilegales provenientes en su mayoría de los Estados Unidos.

Este mes, el presidente Felipe Calderón informó que las autoridades han confiscado más de 93,000 armas en los últimos cuatro años.

Autoridades mexicanas insisten en que 90% son introducidas ilegalmente de EU. Ambos gobiernos afirman que han rastreado 73,000 armas confiscadas, pero ninguno divulga los resultados de dichos rastreos.

Al norte de la frontera, existen 6,600 armerías autorizadas por el gobierno de Washington. Se cree que el año pasado vendieron 14 millones de armas cortas, pero nadie sabe el número exacto.

En la armería de esta capital, su director, el teniente coronel Raúl Manzano Vélez, dijo que desde el 2006 el promedio anual de ventas ha sido de 6,490, incluyendo las que compran empresas de seguridad privada, y un reducido número de rifles y escopetas para cacería.

Mientras decrece la venta legal de armas en México, los decomisos de armas ilegales crecen exponencialmente.

El militar reconoce que la enorme brecha que existe entre las leyes de México y de Estados Unidos es un imán irresistible para el crimen organizado que controla el mercado negro de armas.

Consultas con algunos expertos en seguridad privada coinciden en que la forma más fácil de adquirir un arma corta en México es a través de algún policía local.

Desde luego que es ilegal, pero resulta que el guardián del orden hasta le enseña al cliente como usar y dar mantenimiento a su recién adquirida arma.