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Geopolítica

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Hunter Biden intenta sortear caso Burisma desde el mercado del arte

El precio de los cuadros pintados por el hijo del presidente de EU se fija por valor político, asegura el representante Ken Buck.

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Foto: AFP

Fausto Pretelin Muñoz de Cote

Ciudad de México. Centro de gravedad de polémicos conflictos de interés por haberse vinculado con empresas de origen chino y ucraniano cuando su padre ocupaba la vicepresidencia de Estados Unidos, Hunter Biden ha elegido el arte como refugio de conflictos cuyos movimientos avanzan sobre un carril paralelo al de la política para evitar cruzarse con la Casa Blanca.

La galería Georges Berges está presente en Nueva York y Berlín, entre su catálogo de 2021 se encuentran pinturas de Hunter Biden.

Biden, “ahora dedica sus energías a las artes creativas, aportando innumerables experiencias; los resultados son pinturas poderosas e impactantes”, señala la ficha del perfil que la galería publica en su página web.

Los precios de la obra de Hunter oscilan entre US75 mil hasta el medio millón de dólares.

Los precios de arte siempre serán relativos, y más en aquellas obras que son realizadas por el hijo de cualquier presidente, no cualquiera, por Hunter Biden, hijo del presidente de Estados Unidos. 

A finales del pasado mes de octubre el representante republicano Ken Buck llevó el tema al Congreso. Le pidió al fiscal general Merrick Garland que investigue el componente presidencial en el valor de mercado de las obras de Hunter Biden para concluir si eciste o no un nuevo conflicto de interés.

Entrevistado por El Economista, el republicano Ken Buck señala que “no puede ser posible que obras de Hunter Biden cuesten más que algunas piezas de Pablo Picasso”, queda “claro que los precios de sus obras están en función del trabajo de su padre”, comenta vía zoom.

Óscar Román, director de la galería que lleva su nombre, comenta que la galería Georges Berges “no es de las más destacadas”, el prestigio de cualquier galería se sustenta “en ver qué artistas mueven”.

Richard Painter, jefe de asuntos éticos de la Casa Blanca en tiempos de George W. Bush comenta a The Washington Post que “realmente es una mala idea" el que Hunter Biden comercialice sus pinturas a precios tremendamente altos”.

Burisma

El representante Ken Buck recuerda que el tema del arte es grave, pero no se compara con el delicado caso de Burisma. “El ingreso de Hunter Biden a la empresa energética de Ucrania Burisma es un caso que no está cerrado, pero el propio Senado ha congelado la investigación”.

Buck recuerda que el propio Hunter Biden reconoció que el Gobierno de Ucrania “vieron mi nombre como oro”.

Estas palabras no tendrían que ser olvidadas por el Senado y la Justicia estadounidense”, indica Buck.

En 2015 hubo un encuentro entre el entonces vicepresidente Biden y ejecutivos de la empresa Burisma.

Buck asegura que “no se hubiera reunido Biden con gente de Burisma si su hijo no hubiese trabajado para la empresa, a eso se le llama conflicto de intereses”.

Uno de los correos encontrados en la computadora de Hunter Biden es uno enviado por Vadym Pozharskyi, de Burisma: “Estimado Hunter, gracias por invitarme a Washington DC y darme la oportunidad de conocer a tu padre, fue realmente un honor y un placer”.

Ahora, Hunter Biden busca alejarse de los reflectores de Washington, pero no del arte.

fausto.pretelin@eleconomista.mx

Fausto Pretelin Muñoz de Cote

Fue profesor investigador en el departamento de Estudios Internacionales del ITAM, publicó el libro Referéndum Twitter y fue editor y colaborador en diversos periódicos como 24 Horas, El Universal, Milenio. Ha publicado en revistas como Foreign Affairs, Le Monde Diplomatique, Life&Style, Chilango y Revuelta. Actualmente es editor y columnista en El Economista.

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