Lectura 3:00 min
Indecisos agregan incertidumbre a las elecciones francesas
La mitad de los que votaron por el izquierdista Mélenchon en la primera vuelta no saben si votarán por Macron o Le Pen.
París. El mandatario centrista Emmanuel Macron y su rival ultraderechista Marine Le Pen retomaron ayer su campaña para movilizar a sus electores y convencer a los indecisos a tres días de la segunda vuelta de la elección presidencial, tras un tenso debate.
"Nada está decidido", advirtió el presidente durante una visita a Saint-Denis, un popular suburbio del norte de París, aunque los últimos sondeos le dan de 6 a 15 puntos de ventaja frente a su rival de extrema derecha en la votación del domingo.
Le Pen pasó a la ofensiva por su parte en su bastión del norte de Francia, donde cargó en su último mitin contra su "arrogante" rival, que "no ama a los franceses", y presentó la elección como un referendo: "¿Macron o Francia?"
Ambos luchan además por atraer a los electores del izquierdista Jean-Luc Mélenchon, que se quedó a las puertas del balotaje con casi un 22% de votos. Un tercio votará por Macron y un 18% por Le Pen, pero la mitad no dijo aún qué hará, según un sondeo de Ipsos/Sopra Steria.
En Saint-Denis, donde Mélenchon se impuso en la primera vuelta, el centrista lanzó un mensaje a los habitantes de los "barrios populares", a los que definió como una "oportunidad" para el país, y atacó el programa económico de su rival. Su campaña la cerrará hoy en Figeac (centro).
El viaje que hizo ayer la heredera del Frente Nacional (FN) al norte, la segunda región más pobre de Francia en Europa, tampoco fue baladí, porque le sirvió para retomar su eje de campaña: el temor a la pérdida de poder adquisitivo.
En el debate del miércoles se presentaron dos visiones opuestas de Francia.
Debate
Casi 15.6 millones de telespectadores siguieron el miércoles por la noche el único debate cara a cara de la campaña que opuso, como en 2017, a Macron y Le Pen, casi un millón menos que entonces, según las cifras de Mediamétrie.
La prensa estimó que el presidente saliente dominó el debate, si bien su contrincante "resistió el golpe", a diferencia de hace cinco años cuando esta última enfrentó críticas por su "agresividad" y "falta de preparación".
Para Cécile Alduy, especialista del discurso de extrema derecha, hubo "un presidente a la ofensiva y una candidata a la defensiva". "Es lo contrario de una situación normal con un presidente saliente", agregó en la radio France Inter.
"El peligro de una elección de Marine Le Pen es mucho más fuerte que en 2017", cuando obtuvo el 33.9% de votos, subrayó el historiador Jean Garrigues, para quien la idea de cordón sanitario para aislar a la extrema derecha va más allá de los partidos.
Actores, deportistas, intelectuales y sindicatos llamaron a impedir la llegada de Le Pen al poder, aunque Macron consideró que el "frente republicano ya no existe".