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Irlanda del Norte impone restricciones más fuertes que el Reino Unido para contener rebrotes
"Se necesita una intervención urgente para interrumpir la propagación del virus y evitar que la situación empeore", afirmó la jefa del gobierno norirlandés, Arlene Foster.
El gobierno autónomo de Irlanda del Norte anunció el miércoles las restricciones más duras impuestas actualmente en todo el Reino Unido contra el coronavirus, cuando crece la presión sobre el primer ministro Boris Johnson para que tome medidas similares en Inglaterra.
"Se necesita una intervención urgente para interrumpir la propagación del virus y evitar que la situación empeore", afirmó la jefa del gobierno norirlandés, Arlene Foster, al anunciar ante el Parlamento regional las nuevas medidas que entrarán en vigor el viernes durante cuatro semanas.
Sumándose a la actual prohibición de reunirse en interiores con familiares y amigos con quienes no se conviva, todos los bares y restaurantes tendrán que cerrar al público aunque podrán vender comida para llevar hasta las 23 horas.
También tendrán que cerrar peluquerías, salones de belleza y masajes, excepto "intervenciones terapéuticas esenciales". Y se desaconsejan los "viajes innecesarios".
Los comercios permanecerán abiertos pero se tomarán medidas para "asegurar que el sector hace todo lo posible para suprimir el virus" y no podrán vender alcohol pasadas las 20 horas, precisó Foster.
Todo el mundo deberá volver al teletrabajo, a menos que este resulte imposible, y se pidió a las universidades que den sus cursos en línea. En la educación primaria y secundaria, las vacaciones de octubre se ampliarán de una a dos semanas, hasta el 1 de noviembre.
Con 1.9 millones de habitantes, Irlanda del Norte ha registrado más de 800 nuevos casos diarios en la última semana.
En todo el Reino Unido, el número de muertos por Covid-19 supera ya los 43,000, más que cualquier otro país de Europa, y las contagios se disparan: el martes se registraron más de 17,000.
En este contexto, Johnson, que intenta a todo precio evitar un nuevo confinamiento nacional de catastróficas consecuencias económicas, fue urgido el martes por el líder de la oposición, el laborista Kier Starmer, a instaurar restricciones más duras durante al menos dos semanas en octubre para "romper el circuito" de los contagios.