Israel intenta reducir tensiones tras ataques

Jerusalén. Dos pequeños cohetes sirios cruzaron la frontera ocupada por Israel en los Altos del Golán el lunes y el Ejército israelí rápidamente restó importancia al incidente al llamarlo un derrame accidental de la guerra en Siria.

La casual desestimación del fuego es un ejemplo de los esfuerzos que los comandantes militares israelíes y funcionarios del gobierno toman para tratar de reducir las tensiones con su vecino del norte, después de los informes de los dos presuntos ataques aéreos israelíes este fin de semana contra objetivos militares y supuestos depósitos de armas cercanos a Damasco.

Las autoridades israelíes, que no han afirmado ni negado su responsabilidad en los ataques aéreos, manifestaron el lunes que su lucha no era contra el presidente sirio, Bashar al-Assad, o los rebeldes que combaten contra su régimen, sino contra la organización política y militante de Hezbolá, que peleó una guerra inconclusa con Israel en el 2006 y está estrechamente aliada con Irán y Siria.

Un alto funcionario de defensa israelí, que habló en condición de anonimato para discutir las operaciones en curso, indicó que los ataques aéreos del fin de semana tenían la intención de detener la transferencia de armas desde Irán -cuyo programa nuclear es la preocupación regional más grande de Israel- a Hezbolá a través del territorio sirio. El funcionario, que no quiso confirmar si los ataques aéreos se llevaron a cabo por Israel, hizo hincapié en que Israel no ha tomado partido durante los dos años del conflicto en Siria.

No hay vientos de guerra , aseguró el lunes el mayor general Yair Golan, comandante de la división del norte de Israel.