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Geopolítica

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Lukashenko niega ser un dictador tras un año de represión

El presidente sugirió que dejará el poder en algún momento aunque no dio plazos. Estados Unidos, Reino Unido y Canadá anunciaron nuevas sanciones contra Minsk.

Belarusian President Alexander Lukashenko holds a news conference in Minsk

Belarusian President Alexander Lukashenko holds a news conference in Minskvia REUTERS, X80001

Minsk. A un año de su controvertida reelección que sumió al país en descontento desatando miles de protestas opositoras y encarcelamientos, el presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, negó que sea un dictador y que haya represión en el país.

En su encuentro anual con la prensa y los dignatarios del régimen, bautizado como "gran debate", el mandatario proclamó una vez más su victoria en una elección "totalmente transparente" ante una oposición que preparaba un "golpe de Estado". Asimismo, se mostró implacable hacia sus detractores y se encogió de hombros ante un aluvión coordinado de nuevas sanciones occidentales.

“Para dictar, soy una persona completamente cuerda, es necesario tener los recursos adecuados. Nunca le he dictado nada a nadie y no voy a hacerlo", declaró desestimando las acusaciones.

Lukashenko también negó cualquier implicación en la muerte sospechosa de un opositor que se había refugiado en Ucrania y acusó a una velocista de haber sido "guiada a distancia" por Varsovia después de que afirmara haber sido víctima de un intento de repatriación forzosa desde los Juegos Olímpicos de Tokio.

Tras ser cuestionado por las detenciones masivas, los cierres forzosos de los medios de comunicación y oenegés, el presidente rechazó el término represión.

"No hay y nunca habrá represión en mi país (...) No la necesito", subrayó el líder bielorruso. "¿Qué represión? ¿He fusilado a alguien? ¿He matado a alguien?", interrogó a la audiencia tras ser interpelado por un periodista estadounidense.

Nuevas sanciones

Mientras hablaba en su palacio presidencial en Minsk, Reino Unido, Canadá y Estados Unidos anunciaron sanciones coordinadas dirigidas a la economía bielorrusa y su sector financiero, incluidas las exportaciones de productos petrolíferos y potasa, que se utiliza en fertilizantes y es la principal fuente de divisas de Bielorrusia.

"Nunca nos arrodillaremos", exclamó denunciando las sanciones europeas y estadounidenses.

Agregó: que Gran Bretaña se "ahogaría" con sus medidas y que estaba listo para conversaciones con Occidente en lugar de una guerra de sanciones.

Bielorrusia respondería si fuera necesario a la presión de las sanciones, pero "no hay necesidad de asumir los ejes y horquillas de sanciones", añadió.

Por otra parte, los vecinos Lituania y Polonia acusan a Bielorrusia de intentar crear una crisis migratoria en represalia por las sanciones de la UE.

Lukashenko, de 66 años, ha mantenido el poder con el apoyo político y financiero de Rusia, que ve a Bielorrusia como un estado amortiguador contra la alianza militar de la OTAN y la Unión Europea.

Decenas de miles de personas se unieron a las protestas callejeras en 2020, el mayor desafío del presidente bielorruso desde que asumió la presidencia en 1994. Respondió con una ofensiva en la que muchos opositores han sido arrestados o se han exiliado.

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