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Geopolítica

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Maduro perfila su tercer mandato: Deuda y pobreza, la herencia del madurismo los últimos 11 años

Los 11 años de Maduro en el poder, y políticas que iniciaron hace 25 años con Chávez, ahora tienen a Venezuela con una deuda de 150,000 millones de dólares y pobreza extrema en 51 por ciento.

Los 11 años de Maduro en el poder, y políticas que iniciaron hace 25 años con Chávez, ahora tienen a Venezuela con una deuda de 150,000 millones de dólares y pobreza extrema en 51 por ciento.

Nicolás Maduro repetirá como presidente para el periodo 2025 a 2031. Pero hace más de 11 años que Nicolás Maduro subió al poder tras heredar la presidencia de Hugo Chávez, y aunque había emoción entre los votantes sobre una transición del poder, “la situación económica de Venezuela no se va a estabilizar solo con un nuevo Gobierno”, dijo un reporte de Bank of America sobre ese país, la semana pasada.

Por eso, paralelo a los resultados, la presión de la administración que irá de enero de 2025 hasta el mismo mes de 2031, está sobre las obligaciones financieras impagas de Venezuela, las que están por vencer y al mismo tiempo, tener caja para la estabilidad interna.

Alto nivel de deuda y pobreza

Durante los más de 11 años que van de Nicolás Maduro en el Palacio de Miraflores, se acumularon 70,000 millones de dólares en deudas que no se pagaron a acreedores internacionales. Además, las obligaciones del país ya suman 150,000 millones de dólares en total (si se tiene en cuenta lo próximo que está por entrar en mora). El problema es que la deuda de Venezuela ya pesa más que su propia economía: no hay cómo pagar.

La herencia chavista se evidencia en la pobreza del país, el PIB que recibió Maduro en 2013, cuando ganó sus primeras elecciones estaba en casi 260,000 millones de dólares, luego, para el comienzo de su segundo periodo lo contrajo hasta poco más de 110,000 millones de dólares, y según datos recopilados por Bloomberg, hoy, en pleno 2024, es una economía de 102,000 millones de dólares.

Por eso se dice que el chavismo tiene una herencia para los próximos años difícil de revertir que se basa en las excesivas deudas y la multiplicación de la pobreza extrema. Cuando Maduro asumió en 2013, 13% de la población ya estaba en esa condición, mientras que al cierre de 2023 el nivel se ubicó en 51.8 por ciento.

Incluso reportes del Banco Mundial dicen que seis de cada 10 venezolanos tienen que sobrevivir con menos de 80 dólares al mes, e incluso puede ser menos de 60 dólares.

Los bonos llevan casi siete años en mora y se venden por menos de 0.20 dólares. La falta de movimiento en los precios sugiere que el mercado no se ha emocionado de una nueva gestión, pese al entusiasmo que representó la campaña de Edmundo González.

Menos riqueza

El bolsillo de los venezolanos heredado de la gestión del Gobierno, también se traduce en el PIB per cápita. Hace 13 años, cuando siendo vicepresidente, Maduro pasó a asumir la presidencia, el indicador promedio era de 8,692 dólares, y para 2023 llegó a 3,659 dólares, se estima que para 2024 sea de 3,867 dólares, lo que representa una caída de 4,825 dólares desde su llegada a Miraflores.

Trabas petroleras

Por el momento, Maduro ha flexibilizado los controles cambiarios y ha frenado una inflación que alguna vez fue altísima, pero la economía sigue obstaculizada por una caída en los ingresos petroleros en el país de la OPEP y sanciones de Estados Unidos.

En las épocas doradas, Venezuela se perfilaba como el país de la riqueza petrolera, cada día producía más de 3 millones de barriles de crudo, Maduro recibió el indicador en 2,6 millones diarios, pero la corrupción al interior de Pdvsa, y las sanciones de Estados Unidos tienen hoy a que ese país produzca menos de 900,000 barriles (incluso en 2020 eran poco más de 500,000 barriles).

“Venezuela está viviendo el resultado del mal manejo de la principal compañía del Estado, a PDVSA llegaron personas que no tenían que ver en los procedimientos, militares sin experiencia en la industria de los hidrocarburos, y cientos de puestos que eran cuotas políticas. Eso lo castigó el mercado y la productividad de una compañía valiosa, ahí está la herencia del desmanejo”, criticó el expresidente de PDVSA, José Toro Hardy.

Por ahora Estados Unidos que no pudo enviar observadores electorales como muchos otros, podría reforzar las sanciones a ese país si no ve cambios sustanciales próximamente, según la Casa Blanca.

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