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May ordena investigación pública sobre incendio de Londres
La primera ministra británica Theresa May ordenó una investigación pública sobre el incendio de un bloque de viviendas sociales de Londres que dejó al menos 17 muertos, entre una indignación creciente de los vecinos.
La primera ministra británica Theresa May ordenó el jueves 15 de junio una investigación pública sobre el incendio de un bloque de viviendas sociales de Londres que dejó al menos 17 muertos, entre una indignación creciente de los vecinos.
La "completa investigación pública", que examinará también la acción de las autoridades, servirá para asegurarse de que "esta terrible tragedia es investigada apropiadamente", dijo May a la televisión.
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"Se lo debemos a las familias, a la gente que ha perdido a sus seres queridos", estimó May, que este jueves 15 de junio visitó el edificio calcinado en el que los bomberos buscaban a numerosos desaparecidos sin esperanzas de que estén vivos.
Poco antes, el comandante de policía Stuart Cundy anunció que la cifra de muertos había pasado de 12 a 17.
"Desgraciadamente, puedo confirmar que el número de muertos es 17", dijo el comandante de la policía Stuart Cundy en una declaración a la prensa.
Los cadáveres de los seis fallecidos encontrados al exterior de la torre fueron identificados, precisó, mientras que los cuerpos de las otras 11 víctimas mortales siguen en el interior del edificio.
"Hay un riesgo de que no logremos identificar a todas las víctimas", avisó Cundy. "El proceso va a ser muy largo" y podría durar semanas o incluso meses, añadió.
Khan siente la indignación de los vecinos
May visitó el lugar, pero evitó a la gente. No en cambio el alcalde la ciudad, Sadiq Khan, que fue abucheado por los vecinos en varios momentos y constantemente interrumpido cuando trataba de hablar a la prensa.
Khan dijo que, al margen de la investigación, "hacen falta ahora mismo" medidas para asegurarse de que los otros bloques de viviendas sociales de Londres cumplen con los requisitos anti-incendios. "Entiendo perfectamente el enfado" de los vecinos, agregó.
El balance aumentará a medida que los bomberos avancen dentro de la estructura calcinada de gran parte del edificio, una probabilidad reforzada porque hay familias de las que no se sabe nada.
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Treinta y siete personas seguían hospitalizadas, 17 de ellas graves, y no se espera ya encontrar supervivientes.
La comandante de los bomberos de Londres, Dany Cotton, dijo que hay partes del edificio que no son seguras y que llevará tiempo inspeccionar todos los rincones. Hay "un número desconocido" de gente dentro, pero "sería un milagro que quedara alguien vivo", explicó a Sky News. "Llevará semanas despejar el edificio e inspeccionarlo apropiadamente", añadió.
El incendio en la Torre Grenfell se inició antes de la 01H00 (00H00 GMT) del miércoles, y se propagó rápidamente por las 24 plantas y sus 120 apartamentos.
El fuego obligó a los vecinos a huir en medio de un humo espeso por la única escalera, saltar por las ventanas o incluso lanzar a sus hijos por ellas para alejarlos de las llamas.
Los vecinos habían denunciado en numerosas ocasiones que el edificio no estaba preparado para un incendio, y la velocidad a la que se propagó el fuego ha sido relacionada con un revestimiento instalado en una renovación en 2016 y que pudo haber actuado como una chimenea.
Además, el interior del revestimiento es de plástico, inflamable.
"En una carrera de más de 30 años, no había visto nunca un incendio que devorara de esta manera un edificio entero", explicó Matt Wrack, secretario general del Sindicato de Bomberos.
Una comunidad modesta en un barrio rico
Unas 800 personas, la mayoría inmigrantes muy humildes, vivían en la Torre Grenfell, construida en 1974 en una sección obrera del riquisimo distrito de Kensington y Chelsea, a escasa distancia del barrio bohemio y animado de Notting Hill.
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El edificio de apartamentos sociales pertenecía al distrito y estaba gestionado por su organismo de vivienda, la Kensington and Chelsea Tenant Management Organisation (KCTMO).
"Sólo una catástrofe expondrá la ineptitud e incompetencia de nuestro propietario", el KCTMO, escribió ya en noviembre el vecino Edward Daffarn, en el blog del Grupo de acción de Grenfell.
La concejal laborista Judith Blakeman, que es parte de la junta directiva del KCTMO, dijo a The Guardian que había presentado 19 quejas sobre las medidas anti-incendios del edificio, y que fueron ignoradas. "Me trataban como si molestara" explicó.
Los vecinos recibieron la instrucción de quedarse en sus casas y bloquear el humo con toallas, pero los bomberos no pudieron llegar hasta lo más alto por la virulencia del incendio.
"El consejo que recibieron los vecinos era que, en caso de incendio, tenían que quedarse en sus propiedades. La velocidad a la que se propagó el fuego sugiere que hubo un fallo grave en las técnicas de diseño e instalación", dijo Mark Coles, director de regulaciones técnicas del Instituto de Ingeniera y Tecnología británico (Institution of Engineering and Technology, IET).
David Collins, antiguo presidente de la Asociación de Vecinos de la Torre Grenfell, dijo que nunca se prestó atención a las quejas de sus residentes.
"Si las mismas preocupaciones se hubieran dado en una parte rica de Kensington y Chelsea se hubieran resuelto", lamentó en declaraciones a la AFP.
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