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Ómicron será dominante en RU; Boris Johnson, contra las cuerdas
El gobierno endurece medidas por la rápida expansión de la nueva variante; el Primer Ministro pierde credibilidad.
Londres. Los responsables sanitarios del Reino Unido subieron el día de ayer el nivel de alerta por el Covid-19 debido al "rápido aumento" de los casos de la variante ómicron.
El nivel pasó de tres a cuatro, lo que indica que "el contagio es alto y que la presión sobre los servicios de salud es generalizada, significativa, y está en aumento".
La variante ómicron parece propagarse más que delta, con síntomas más leves, lastrando la acción de las vacunas, indicó el día de ayer la Organización Mundial de la Salud (OMS), que destacó que estos datos son preliminares. Esta versión fue replicada por el Gobierno británico.
A partir de mañana, los contactos totalmente vacunados de las personas que den positivo en un test de Covid-19 también deberán realizar test diarios de antígenos durante siete días, mientras que los que no estén vacunados deberán permanecer aislados durante 10 días.
El Reino Unido es uno de los países más afectados, con más de 146,000 muertes desde el inicio de la pandemia y con unos 50,000 contagios diarios actualmente.
Boris, en problemas
El primer ministro británico, Boris Johnson, fue acusado de alimentar una "cultura del desprecio de las normas" en su gobierno, tras la publicación el día de ayer 12 de diciembre, de una foto en la que aparece jugando en un despacho con dos colaboradores sin cubrebocas ni distanciamiento en diciembre de 2020, cuando el país estaba confinado por la pandemia.
Esta nueva revelación se suma a una serie de escándalos que ciernen al dirigente conservador, en momentos en que se ha impuesto a los británicos nuevas restricciones sanitarias para frenar la rápida propagación de la variante ómicron.
Johnson está bajo enorme presión desde que la prensa informó de que el personal de Downing Street celebró el año pasado una fiesta ilegal en un momento en que las restricciones contra el covid-19 prohibían reunirse en interiores en Londres.
El miércoles, su asesora de comunicación Allegra Stratton dimitió a las puertas de su casa y frente a las cámaras de televisión. Funcionarios que asistieron a la fiesta se burlaban de que hubieran fiestas en el edificio.
Ayer, el Sunday Mirror publicó una foto de Johnson delante de una pantalla en Downing Street, junto a dos colaboradores, uno con una guirnalda navideña en el cuello y otra con lo que parece un gorro de Papa Noel, durante un concurso virtual el 15 de diciembre de 2020.
"Mientras las normas decían que la gente no tenía que organizar fiestas de Navidad en el trabajo y que los británicos hacían lo que se tenía que hacer, Boris Johnson estaba presidiendo una cultura del desprecio de las normas en el corazón del gobierno", denunció la dirigente adjunta del partido laborista, Angela Rayner.