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Rusia condena a activistas de Greenpeace
Un activista británico y otra brasileña fueron acusados de intentar subir a una plataforma petrolera de la rusa Gazprom, lo que les podría acarrear una pena de hasta 15 años de prisión.
Moscú. Ayer, las autoridades rusas convirtieron las descripciones informales que hicieron de un grupo de activistas de Greenpeace como piratas en cargos legales, la última escalada de una saga que comenzó hace dos semanas como una protesta en contra de las perforaciones en el Ártico.
Los fiscales acusaron a 14 personas -incluido un periodista británico- de cargos de piratería, que llevan a una pena máxima de 15 años de prisión. Otros 16 esperan cargos formales. Los 30 permanecen detenidos desde hace dos meses, mientras que avanza la investigación.
Las detenciones y las acusaciones de piratería han enfurecido no sólo a Greenpeace y a las organizaciones de derechos humanos en todo el mundo, sino también a los ecologistas en Rusia, junto a una de las estrellas de rock más respetadas del país, Yuri Shevchuk.
Hace dos semanas, el capitán estadounidense del barco de Greenpeace Arctic Sunrise, quien se encuentra entre los que aún esperan cargos, navegó cerca de una plataforma petrolera en el Mar de Pechora propiedad de una filial de Gazprom, el gigante energético controlado por el gobierno ruso. Activistas en balsas inflables se acercaron a la plataforma, y dos fueron detenidos cuando trataban de subir a ella y colocar una bandera.
Al día siguiente, la guardia costera de Rusia subió a bordo del Arctic Sunrise en aguas internacionales, se apoderó de la nave a punta de pistola y lo remolcó al puerto de Murmansk, donde llegó el 24 de septiembre.