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Rusia trata de cerrar fisura producida por el Grupo Wagner
El líder del grupo mercenario y paramilitar Yevgueni Prigozhin viajaría a Bielorrusia tras acuerdo entre Lukashenko con Putin.
Moscú. Los mercenarios del grupo ruso Wagner se replegaron el día de ayer 25 de junio, tras la rebelión de 24 horas orquestada por su líder, Yevgueni Prigozhin, quien abandonará Rusia en virtud del acuerdo que tuvo que aceptar el presidente Vladimir Putin, debilitado tras esta crisis inédita.
Prigozhin irá a Bielorrusia, según la presidencia rusa, sin que ayer domingo se supiera aún cuándo abandonará Rusia. Tampoco ha trascendido donde se encuentra actualmente el jefe de las milicias.
En una operación de unas 24 horas que llevó a los hombres de Wagner a menos de 400 km de Moscú, Prigozhin desafió frontalmente el poder del presidente ruso, antes de dar marcha atrás y ordenar el regreso de sus combatientes a sus bases, tras la mediación del presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, único aliado en Europa del Kremlin.
Los mercenarios de Wagner se retiraron el domingo de las regiones de Voronezh, en la frontera con Ucrania, y Lipetsk, al sur de Moscú, según las autoridades locales.
El chef de Putin
Yevgueni Prigozhin pasó por la cárcel por varios delitos en San Petersburgo; logró acumular una fortuna a través de un negocio de catering y, por supuesto, por sus vínculos con Vladimir Putin.
Ya como presidente de Rusia, Putin acudió varias veces a cenar al lujoso restaurante de Prigozhin llamado Stáraya Tamozhnia, una instalación flotante sobre el río Neva. A ese restaurante acudieron acompañados por Putin y de manera separada los presidente George W. Bush y el francés Jacques Chirac.
Campo de batalla
Prigozhin saltó al campo de batalla a través de una “fábrica de troles” cuyo objetivo de producción fue la interferencia en la campaña electoral estadounidense en 2016.
También saltó al campo real de batalla a través del grupo Wagner integrado por paramilitares reclutados en Chechenia, cárceles y hasta en países africanos. Lo hizo en 2014 durante en la región ucrania de Donbás.
Las células de Wagner se multiplicaron en países como Siria, Sudán, Libia, Malí, República Centroafricana e, inclusive, la lejana Venezuela.
No deja de impresionar el lenguaje utilizado por Prigozhin en contra del ministro de Defesa ruso Serguéi Shoigú al reclamarle munición hace un mes.
Wagner tiene al rededor de unos 25,000 miembros; al inicio de la guerra en Ucrania tenían poco más de 40,000.
La pregunta, ahora, es: sin el liderazgo de Prigozhin, ¿se desintegrará Wagner o el ejército ruso reclutará a los mercenarios?