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Sánchez, el ave fénix del socialismo español
“Él adopta una posición de presidente (...) explotando esa imagen del que gobierna y tiene que tener una postura de moderación”: Cristina Monge, politóloga.

Madrid. Llegado al poder en junio con una jugada de malabarista, el socialista Pedro Sánchez ganó este domingo sus primeras elecciones tras años de sinsabores, en los que muchos dieron por terminada su carrera política.
Atacado incesantemente por la derecha durante la campaña, objeto de descalificaciones como “felón” o “traidor” este economista de 47 años consumó su resurrección después de haber cosechado los peores resultados de su partido en el 2015 y el 2016.
Considerado como políticamente muerto tras sus dos derrotas electorales y la rebelión interna que lo defenestró del liderazgo del partido, Sánchez recuperó las riendas del PSOE y sorprendió en junio al tumbar con una moción de censura a su predecesor conservador Mariano Rajoy, hundido por la corrupción en el Partido Popular.
Pedro Sánchez Pérez-Castejón nació el 29 de febrero de 1972 en Madrid, en una familia acomodada: padre empresario y madre funcionaria.
Político ráfaga
Casado y padre de dos hijas, estudió Economía en la capital española; obtuvo una maestría de Economía política en la Universidad Libre de Bruselas, y luego un controvertido doctorado en una universidad privada madrileña, sobre el que pesaron sospechas de plagio que él desmintió enérgicamente.
Jugador de baloncesto en su adolescencia —mide 1.90 metros— se afilió al PSOE en su más temprana juventud, y fue sucesivamente concejal en el ayuntamiento de Madrid del 2004 al 2009, y diputado.
Hizo historia en el partido en julio del 2014, al ganar las primeras elecciones primarias celebradas en la formación.
Pero los años sucesivos serían una auténtica montaña rusa. Tras las derrotas del 2015 y 2016, cayó el 1 de octubre de ese año en una rebelión interna de su partido, que le echó la culpa de los malos resultados.
En pocos meses se echó de nuevo a las carreteras con un puñado de fieles, y pese a la animadversión del establishment del PSOE, en las primarias de mayo del 2017 se impuso a la entonces presidenta regional de Andalucía, Susana Díaz.
“¡En el partido no lo han apoyado! Pero esta ha sido su fuerza: apoyarse en la militancia y ser muy constante”, celebraba en la sede del PSOE la militante Esther López, una administrativa de 51 años.
Aun reconociendo que nunca ha sido su líder favorito, reconoce que “ha devuelto la ilusión a un partido que estaba en el letargo”.