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Geopolítica

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Serbia-Bosnia, una relación irreconciliable tras la guerra

Las relaciones entre Serbia y Bosnia siguen siendo un vínculo frágil, 20 años después de la guerra que se saldó con 100,000 muertos y dos millones de refugiados entre 1992 y 1995, la mitad de la población de entonces.

Belgrado.- Las relaciones entre Serbia y Bosnia siguen siendo un vínculo frágil, 20 años después de la Guerra de Bosnia (1992-95), como mostró el incidente que sufrió el primer ministro serbio, Aleksandar Vucic, que este sábado tuvo que abandonar la ceremonia de conmemoración de la matanza de Srebrenica.

La guerra entre comunidades de Bosnia (1992-1995) dejó 100,000 muertos y dos millones de refugiados, es decir, casi la mitad de la población de entonces.

Belgrado y Sarajevo restablecieron sus relaciones diplomáticas en diciembre de 2000, cinco años después del fin del conflicto, que terminó meses después de la matanza de Srebrenica, en la que murieron 8,000 adolescentes y hombres musulmanes asesinados por las fuerzas serbobosnias.

Esta matanza, la peor sufrida en Europa desde la Segunda Guerra Mundial, fue calificada por la justicia internacional como un genocidio.

Serbia formaba parte entonces de la República Federal de Yugoslavia y Bosnia, por su parte estaba dividida tras el conflicto entre dos entidades: una serbia - la Republika Srpska (RS) - y la otra croata-musulmana, unidas por frágiles instituciones centrales.

Belgrado, que sostenía incondicionalmente a los serbios de Bosnia, mantenía relaciones estrechas con la Srpska, evitando los contactos con la Federación croata-musulmana.

El primer signo de un restablecimiento de las relaciones se produjo 10 años después del fin del conflicto, cuando el entonces presidente de Serbia, el proeuropeista Boris Tadic viajó a Srebrenica en julio de 2005 para rendir honor a las víctimas musulmanas.

Tadic defendió incansablemente la necesidad de acelerar el proceso de reconciliación en la región.

Sin embargo, la constante negativa de Belgrado de reconocer como un genocidio la matanza de Srebrenica, considerada por las autoridades serbias como "un crimen monstruoso", no dejó de envenenar los vínculos entre ambos países.

El pasado de Vucic

Tadic volvió a Srebrenica en 2010 y ese mismo año el parlamento serbio adoptó una resolución sobre la matanza, aunque sin utilizar la palabra genocidio.

Sin embargo, el arresto a principios de julio de 2015 en Suiza de Naser Oric, un excomandante de las tropas musulmanas de Srebrenica durante la guerra, a pedido de Belgrado, acusado por crímenes de guerra, volvió a enfriar las relaciones entre ambos Estados.

A principios de julio, Serbia celebró el veto de Rusia a un proyecto de resolución en la ONU para calificar de genocidio la masacre, una decisión que los familiares de las víctimas señalaron que "hace que la reconciliación sea imposible".

Pese al roce diplomático, el primer ministro serbio decidió viajar a Srebrenica invocando la necesidad de una reconciliación entre serbios y musulmanes.

Sin embargo, su pasado ultranacionalista y el recuerdo de que sus declaraciones ante el parlamento en las cuales llamó a "matar a 100 musulmanes por cada serbio muerto", emergieron este sábado en la ceremonia, en la que fue alcanzado por una pedrada, un incidente que podría perjudicar aún más un vínculo de por si delicado.

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