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¿Tengo que respetar a Donald Trump?
El autor señala que honrar al actual presidente equivale a faltar el respeto a los mexicanos.
¿Qué tipo de respeto, si es que existe alguno, se debe al presidente Trump?
Lo pregunto porque, desde su discurso sobre el Estado de la Unión, me he estado preguntando si los demócratas del Congreso actuaron de mala manera al no recibirlo como se merecía, es decir, de pie. El colega de The Washington Post, el envidiablemente talentoso Dana Milbank, criticó a los demócratas por su actitud. Dijo que la figura presidencial, y no necesariamente quien la encarna, merece respeto.
Estoy, de manera respetuosa, en desacuerdo con lo que escribió Dana. En primer lugar, no puedo separar al hombre del Despacho Oval. Trump no ha mostrado ningún respeto por la Presidencia; no ha tenido un solo gesto en homenaje al aura de sus predecesores, algunos de los cuales debió haber escuchado hablar.
Trump ha utilizado un lenguaje grosero para describir a algunos países emergentes; se despierta por la mañana y se enoja por cualquier tuit que lea en su tableta.
En una abdicación de dignidad, Trump inició su Presidencia con una miserable visita a la sede de la CIA, donde se detuvo frente a un monumento conmemorativo para hablar sobre el número de personas que asistieron a su toma de posesión. Esta escena fue un acto de sacrilegio.
Trump obsequia desdén a sus trabajadores cercanos. Esto es asunto suyo; se trata de hombres y mujeres que, aparentemente, carecen de orgullo porque protagonizan actos de abnegación que no se ven desde que Enrique II se sometió a la flagelación por el asesinato de Thomas Becket, es decir, eligen sufrir por sus propias acciones tontas.
Sus tics groseros que se le veían en el programa El Aprendiz, y que utilizaba para evaluar superficialmente a los concursantes, los repite con los políticos con los que no simpatiza: Crooked Hillary (Hillary Clinton), Little Marco (Marco Rubio), Low-energy Jeb (Jeb Bush), Pocahontas (Elizabeth Warren) y ahora Mister Magoo, dedicado al fiscal general, Jeff Sessions.
Los políticos se pueden defender ellos mismos. Lo que me pregunto es: ¿Debo respetar a un presidente que ha calificado a los mexicanos como “delincuentes”? En caso de hacerlo, ¿estoy respetando a la figura presidencial o, en realidad, estoy faltando al respeto al pueblo mexicano?
Espero que el próximo presidente regrese la dignidad al Despacho Oval.