Tres claves para comprender la creciente violencia en Ecuador

Ecuador intenta recuperarse de una ola de violencia que ha sacudido a la nación sudamericana y el presidente Daniel Noboa ha lanzando una ofensiva militar contra los grupos criminales y un estado de emergencia de 60 días.

Los incidentes de este mes incluyeron hombres armados que interrumpieron una transmisión de televisión en vivo, la toma de 200 funcionarios penitenciarios como rehenes por los presos, explosiones en varias ciudades y el secuestro de agentes de policía, lo que dio lugar a operaciones generalizadas de las fuerzas de seguridad y cerca de 2,000 arrestos.

Hubo un nuevo derramamiento de sangre el miércoles, cuando el fiscal César Suárez, que se concentraba en perseguir el crimen transnacional organizado en la provincia de Guayas, fue asesinado en un incidente que la policía calificó como sicariato.

¿Por qué se ha deteriorado la seguridad del Ecuador?

La seguridad en Ecuador ha empeorado desde la pandemia de coronavirus, que también afectó a la economía dolarizada de la nación andina.

El número de muertes violentas aumentó a 8,008 en 2023, según el gobierno, casi el doble que la cifra de 2022. La violencia llegó a la arena política el año pasado cuando un candidato presidencial anticorrupción fue asesinado.

El gobierno culpa de la situación al creciente alcance de las bandas del narcotráfico, que han desestabilizado amplias zonas de Sudamérica.

Dentro de las cárceles de Ecuador, los grupos criminales se han aprovechado del débil control del Estado para expandir su poder. La violencia carcelaria se ha vuelto cada vez más común, provocando cientos de muertes en incidentes que las autoridades han atribuido a batallas entre grupos por su control.

Guayaquil, una ciudad costera que es la más grande de Ecuador, es considerada la más peligrosa del país, y sus puertos actúan como un centro para el tráfico de drogas.

Noboa, de 36 años, asumió el poder en noviembre con promesas de frenar la violencia y ha estado promocionando su "Plan Fénix", que incluye el establecimiento de una nueva unidad de inteligencia, armas tácticas para las fuerzas de seguridad, nuevas prisiones de alta seguridad y control militar en puertos y aeropuertos.

El plan costará unos 800 millones de dólares, dijo, aunque Estados Unidos proporcionará 200 millones de dólares en nuevas armas para el ejército de Ecuador.

¿Qué causó el estallido de violencia de este mes?

La policía dijo el 7 de enero que Adolfo Macías, líder de la banda criminal Los Choneros, había desaparecido de la prisión donde cumplía una condena de 34 años. Las autoridades todavía están tratando de localizarlo.

A la desaparición de Macías le siguieron incidentes de violencia y la fuga de otros reclusos de prisiones de todo el país, con más de 200 guardias penitenciarios finalmente tomados como rehenes, algunos durante casi una semana.

Dos policías fueron asesinados en la provincia de Guayas, donde se encuentra Guayaquil, mientras que otros fueron secuestrados por delincuentes antes de ser liberados.

La violencia se manifestó de manera más dramática cuando un grupo armado irrumpió en un estudio de televisión durante una transmisión en vivo el 9 de enero y retuvo brevemente a los periodistas a punta de pistola. Más de una docena de personas fueron arrestadas.

Noboa, quien ha prometido no negociar con "terroristas", ha dicho que la violencia es una reacción a los planes de su gobierno de construir nuevas cárceles de alta seguridad para líderes de las bandas.

¿Qué está haciendo el gobierno para afrontar el problema?

Noboa declaró un estado de emergencia de 60 días -una herramienta utilizada por su predecesor Guillermo Lasso con poco éxito- permitiendo patrullas militares, incluso en las cárceles, y estableciendo un toque de queda nocturno a nivel nacional.

Luego, en un decreto actualizado, Noboa reconoció que hay un "conflicto armado interno" en Ecuador e identificó a varias bandas criminales como grupos terroristas, entre ellos Los Choneros. El decreto ordenaba a las fuerzas armadas neutralizar a los grupos.

La coalición de Noboa, una amplia alianza de grupos de centro izquierda y centro derecha, tiene mayoría en la Asamblea Nacional, pero algunos ecuatorianos se preguntan por qué el presidente no está tomando medidas más duras contra los criminales.

Noboa ha recibido respaldo legislativo para sus medidas de seguridad hasta ahora, pero los partidos de la coalición han dicho que no apoyarán un aumento del impuesto al valor agregado destinado a financiar armas, equipos para las fuerzas de seguridad y mejoras al sistema penitenciario, así como los pagos adeudados a los gobiernos regionales.

Planea celebrar una consulta popular centrada en la seguridad este año, que incluiría preguntar a la ciudadanía si el gobierno debería aprobar la extradición de ecuatorianos buscados en el extranjero.