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Geopolítica

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Tribunal Electoral proclama a José Raúl Mulino presidente electo de Panamá

El ganador asumirá el 1 de julio para un período de cinco años, y enfrentará una tarea de enormes proporciones para reparar las crecientes divisiones sociales y recuperar la fe de un electorado harto de la corrupción política.

El abogado derechista José Raúl Mulino fue proclamado el domingo presidente electo de Panamá con 34% de votos, nueve puntos por arriba de su inmediato seguidor, informó el presidente del Tribunal Electoral, durante una llamada telefónica transmitida en vivo por televisión.

"Me complace en nombre del Tribunal Electoral comunicarle que (...) es usted en este momento de forma extraoficial el ganador a la presidencia de la República" de Panamá, dijo el magistrado Alfredo Juncá. El segundo lugar, Ricardo Lombana, reconoció poco antes la derrota.

Con el 87.50% de los votos escrutados, Mulino, abogado y diplomático derechista de 64 años que fue ministro de Martinelli en dos oportunidades, cosechaba el 34.42% de las preferencias. Le seguía con el 25.01%, Ricardo Lombana, un abogado de 50 años que fue cónsul en Estados Unidos durante el gobierno de Martín Torrijos (2004-2009).

El ganador, que asumirá el 1 de julio para un período de cinco años, enfrentará una tarea de enormes proporciones para reparar las crecientes divisiones sociales y recuperar la fe de un electorado harto de la corrupción política.

El 77% de los poco más de tres millones de panameños habilitados para votar habría acudido a las urnas, la asistencia más alta desde hace dos décadas.

Mulino, quien fue ministro de Gobierno y Justicia y de Seguridad Pública durante el mandato de Martinelli (2009-2014) y canciller en la década de 1990, reemplazó a su líder en la carrera presidencial después de que a este se le prohibiera postularse debido a una condena por lavado de dinero. Hasta entonces, era su candidato a vicepresidente.

Él ha prometido mantener fuera de la cárcel a Martinelli, quien desempeñó un papel clave en las elecciones desde el interior de la embajada de Nicaragua en Ciudad de Panamá. Managua le concedió asilo, aunque las autoridades panameñas le han impedido salir del país.

Fue Martinelli quien apareció en las vallas y anuncios por el país y se mantuvo muy activo en redes sociales, mientras Mulino dio pocas entrevistas.

Luego de emitir su voto, Mulino visitó a Martinelli en la embajada nicaragüense. Antes, había reiterado su promesa de liderar un gobierno "pro empresa privada" si ganaba la votación.

Durante su campaña, el candidato prometió un programa de rehabilitación de carreteras, la construcción de un tren hasta la frontera con Costa Rica y, entre otras cosas, alcanzar el mayor salario mínimo de Latinoamérica, aunque eso suponga duplicar el que ahora tiene Panamá, de unos 326 dólares.

Tras conocer los resultados oficiales preliminares, Mulino se comprometió a establecer un gobierno de unidad nacional "lo antes posible" porque "todos los panameños tenemos que sumar esfuerzos para poder avanzar en la agenda nacional".

En un hotel en el centro de Ciudad de Panamá, decenas de simpatizantes de Mulino celebraban bailando, ondeando banderas y gritando consignas a favor de su candidato.

"La victoria de Mulino es excelente. La confianza del pueblo estaba con Mulino", dijo Hayde Gonzáles, una trabajadora del sector salud de 46 años, quien llegó desde la provincia Colón, al norte del país.

"Sabemos que ahora como presidente puede arreglar el país, habrá más seguridad y una recuperación de la economía", agregó.

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Casi 10 puntos porcentuales por detrás de Mulino figuraba Ricardo Lombana, quien también tentó la presidencia un lustro atrás. Su hoja de ruta estaba enmarcada en la austeridad, una nueva Constitución, diversas medidas anticorrupción, reformas a la seguridad social y control migratorio.

Lombana felicitó a Mulino por su triunfo.

Los diputados de diferentes grupos que respaldaron un controvertido contrato gubernamental con la minera canadiense First Quantum se han enfrentado a una reacción violenta que podría perjudicar sus aspiraciones de reelegirse.

Miles de panameños salieron a las calles el año pasado para protestar por el contrato de la mina Cobre Panamá, que según sus opositores carecía de garantías ambientales y estaba plagado de corrupción. La Corte Suprema dictaminó que el contrato era inconstitucional en noviembre.

El próximo gobierno tendrá que lidiar con un sistema de fondos de pensiones en problemas, altos niveles de deuda pública y la pérdida de ingresos por el cierre de la mina, que representaba alrededor del 5% del producto interno bruto (PIB).

La corrupción se ha convertido en un tema candente para los votantes. Los medios locales han informado recientemente sobre lucrativos préstamos estudiantiles y becas otorgadas a hijos de políticos y familias adineradas de alto perfil.

Después de que un récord de 520,000 migrantes cruzaron en 2023 la peligrosa jungla que conecta Panamá y Colombia, conocida como el Tapón del Darién, la migración también está en la mente de los votantes. Algunos candidatos han prometido abrir el paso terrestre, lo que podría aumentar el flujo migratorio, mientras otros quieren reforzar los controles o cerrarlo por completo.

La próxima administración también heredará los problemas que enfrenta el Canal de Panamá, cuyos ingresos cayeron después de que se vio obligado a cortar los cruces de barcos debido a una prolongada sequía. (Escrito por Diego Oré; Editado por Raúl Cortés Fernández)

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