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Trump, entre fraude y estrategia para influir en elecciones de 2016
El fiscal Matthew Colangelo señala ambas acusaciones en contra del expresidente; abogado no ve delito en tácticas de comunicación.
Washington. Donald Trump orquestó un "plan delictivo" para cometer un "fraude electoral" en 2016, aseguró ayer lunes la fiscalía en el primer juicio penal a un expresidente estadounidense, quien aspira a volver a la Casa Blanca en las elecciones del 5 de noviembre.
El magnate republicano "orquestó un plan delictivo para influir en la elección presidencial de 2016", sostuvo el fiscal Matthew Colangelo en la presentación oral de la causa en el Tribunal Supremo de Manhattan.
"Fue fraude electoral, pura y simplemente", dijo a los 12 jurados -y seis suplentes-, que al término de unas seis semanas de juicio tendrán que emitir un fallo unánime que sellará el futuro del político, posiblemente más controvertido de la historia moderna del país.
El 45º presidente, de 77 años, está acusado de 34 delitos de fraude contable para encubrir el pago de 130,000 dólares a la exactriz de cine porno Stormy Daniels con el fin de silenciar un supuesto encuentro sexual ocurrido una década antes, en la recta final de la campaña de 2016 que le llevó sorpresivamente a la presidencia.
Si es declarado culpable, Trump podría ser condenado hasta cuatro años de cárcel e incluso ser despojado de su derecho a voto. Si ganara la elección de noviembre contra el aspirante demócrata, el actual presidente Joe Biden, podría convertirse también en el primer mandatario que gobierna desde una cárcel.
"No se trataba de una estrategia de comunicación, sino de un plan coordinado como parte de una larga conspiración (...) para ayudar a elegir a Donald Trump", manifestó el fiscal.
Para el abogado de la defensa Todd Blanche, "no hay nada malo en intentar influir en unas elecciones. Se llama democracia".
Tras decirle directamente a los miembros del jurado que Trump "es una persona como usted y como yo", el "presidente" está "revestido de inocencia", sostuvo.
El fiscal Alvin Bragg, de Manhattan, dijo, "nunca debería haber realizado este juicio" y arremetió contra la credibilidad de los que le acusan, en particular su exabogado personal Michael Cohen.
El exeditor del National Enquirer David Pecker subió al estrado como testigo.
Colangelo dijo al jurado que Trump participó en una conspiración con Pecker y su exabogado Michael Cohen para derrotar a la demócrata Hillary Clinton.
Juicio del siglo
"Va a ser el juicio más extraordinario, probablemente de la historia del país. Lo que está en juego es casi infinito en términos de lo que podrían ser las consecuencias" para el magnate, declaró el antiguo fiscal y actual profesor de derecho de la Universidad Pace de Nueva York, Bennett Gershman.
A su llegada al tribunal, Trump tildó el juicio de "interferencia electoral".
"Es un día triste para Estados Unidos", agregó.
Vestido con corbata azul y traje azul, Trump miró al juez y de vez en cuando habló con su abogado. Un agente del Servicio Secreto se sentó justo detrás de él.