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Geopolítica

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Un mes de estado de excepción en El Salvador: 18,000 detenciones

La "guerra contra las pandillas" que libra en El Salvador el presidente Nayib Bukele, cumple un mes con más de 18,000 detenidos, pero ganarla pasa por ofrecer alternativas a quienes ven en este cruel submundo una salida a la pobreza.

Detainees are transferred to a police detention centre under state of emergency in San Salvador

Detainees are transferred to a police detention centre under state of emergency in San SalvadorREUTERS, X03700

San Salvador. La "guerra contra las pandillas" que libra en El Salvador el presidente Nayib Bukele, cumple un mes con más de 18,000 detenidos, pero ganarla pasa por ofrecer alternativas a quienes ven en este cruel submundo una salida a la pobreza.

Bajo un régimen de excepción que se extenderá al menos hasta fines de mayo, la policía y el ejército detienen sospechosos sin órdenes judiciales, la mayoría con tatuajes que representan a sus bandas. Todo ello tras una ola criminal que a fines de marzo dejó 87 muertos.

Para Amnistía Internacional, la medida de Bukele desató una "tormenta perfecta de violaciones a los derechos humanos", con detenciones arbitrarias incluso de menores de entre 10 y 12 años, de poblaciones pobres.

Pero el gobernante asegura que su plan tiene el 91% de apoyo ciudadano, según una encuesta de CID Gallup.

Disminuyen extorsiones

Creadas por inmigrantes en Los Ángeles, Estados Unidos, la Mara Salvatrucha y Barrio 18 subsisten de las extorsiones y venta de drogas en El Salvador. Suman unos 70,000 miembros, de los cuales 34,000 están encarcelados.

Tras el plan de Bukele, en algunas rutas del transporte los delincuentes "ya no están llegando" a extorsionar, dijo el empresario de autobuses Juan Pablo Álvarez, exalcalde de la periférica ciudad de Soyapango.

"Lidiar" con las pandillas representa un costo "muy alto (...) Me ha tocado enterrar a mi hermano, a más de 10 empresarios y a 25 empleados, en su mayoría choferes", confesó.

Bukele dijo que para un pandillero "solo hay dos posibles caminos: la cárcel o la muerte".

Las penas por pertenecer a una pandilla ahora se sancionan con hasta 45 años de cárcel, y quien difunda sus mensajes puede recibir 15 años.

Los arrestados pasan por "jueces sin rostro, prohibidos por la constitución", y no por la justicia ordinaria, explicó el juez Juan Antonio Durán, quien considera que se ha caído en "el populismo penal" donde "no capturan solo a culpables también a gente inocente".

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