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Uruguay analiza que turistas puedan consumir marihuana en su territorio para aumentar su economía
Aprobada en 2013, la legislación uruguaya en la materia implementó tres mecanismos para adquirir marihuana: el autocultivo, los clubes cannábicos y la compra en farmacias.
Un legislador opositor presentó este viernes en el Parlamento un proyecto para que los turistas puedan acceder a la marihuana legal en Uruguay, casi una década después de que el país se convirtiera en pionero mundial en despenalizar su consumo recreativo.
"Muchos turistas quieren acceder al cannabis cuando vienen a Uruguay, los que vivimos en un lugar turístico lo sabemos", dijo Eduardo Antonini, autor principal del proyecto y diputado por el departamento de Maldonado, al que pertenecen balnearios como Punta del Este.
"Un propietario de una farmacia que vende cannabis en la ciudad de Maldonado nos contaba que llegaban los cruceros y muchos cruceristas se tomaban un taxi ahí mismo en el puerto para llegar a su farmacia a adquirir la famosa marihuana legal", evoca como ejemplo.
Para encontrarse con la sorpresa de que no podían comprar.
Aprobada en 2013, la legislación uruguaya implementó tres mecanismos para adquirir marihuana: el autocultivo, los clubes cannábicos y la compra en farmacias, todos bajo regulación estatal y restringidos a quienes residen en el país.
La idea ahora es que los visitantes puedan comprar durante su estadía mediante alguna de esas vías.
El Proyecto de Ley sobre Turismo Cannábico plantea que "los emprendimientos turísticos que se encuentren acreditados (...) podrán asociarse con los clubes de membresía (...) o contar con ellos dentro de sus instalaciones", según el documento.
Negocios como hoteles o "grow shops" podrán ofrecer a turistas una membresía temporal en un club cannábico, o registrarse para adquirir la marihuana en farmacias como exige la ley a los usuarios locales, explica Antonini.
La reforma profundizaría la premisa original de ganar terreno al narcotráfico. "Cada porción que se le quite al mercado negro es importante", sostiene el legislador del izquierdista Frente Amplio.
Pero el factor económico es determinante. Antonini vislumbra en la apertura del mercado cannábico al turismo un "ingreso significativo" suficientemente alentador como para dar luz verde a la propuesta.
La fórmula es simple: si crece el turismo aumenta el gasto, aumentan los puestos de trabajo y aumentan las inversiones.
Modelos como California ilustran bien el potencial del negocio, sostiene el legislador. En ese estado estadounidense, los circuitos que ofrecen visitar granjas de cultivo y paseos atrajeron 5 millones de turistas en 2019 y han generado decenas de miles de puestos de trabajo, además de millones de dólares para el estado en impuestos.
El nuevo proyecto de ley es el resultado de un año de consultas con miembros del gobierno e instituciones estatales hasta de clubes y "grow shops", las tiendas temáticas del cannabis.
Tras su discusión en la comisión de Turismo, de la que Antonini es vicepresidente, deberá debatirse en ambas cámaras, un recorrido que puede llevar meses pero sobre el que Antonini se dice optimista.