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Geopolítica

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Venezuela no se merece un asiento en el Consejo de Seguridad de ONU

Human Rights Watch documentó que durante el régimen de Maduro ha habido más de 40 personas muertas, 1,700 acusadas penalmente y 70 más encarceladas, como el líder Leopoldo López.

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Las probabilidades de que Venezuela, que alguna vez fue el país más rico de América Latina, sufra un colapso económico catastrófico se incrementaron significativamente este mes. Nicolás Maduro, el ex conductor de autobús económicamente analfabeto que sucedió a Hugo Chávez como presidente el año pasado, rechazó el consejo de quienes le proponían medidas para frenar el aumento de la inflación de más de 60%, así como la paralizante escasez de los productos básicos, como la leche y el papel higiénico. En su lugar, dio un discurso afirmando que nuestros problemas son el resultado de la guerra económica desatada por la oposición y las empresas privadas .

Ahora, el gobierno de Maduro está tratando de probar su punto. Se está avanzando con el enjuiciamiento de varios líderes de la oposición, entre ellos Leopoldo López, ex alcalde de un distrito de Caracas que encabeza el ala más radical en contra de las fuerzas gubernamentales. A principios de este año, López y varios aliados llevaron a cabo manifestaciones callejeras pacíficas. La esperanza era que crearían una presión irresistible para el cambio, similar al poder del pueblo en las revoluciones de Asia y Europa del Este.

Como documentó Human Rights Watch, el régimen respondió con violencia. Más de 40 personas murieron y 1,700 fueron acusadas penalmente. Alrededor de 70 más, entre ellas López, permanecen encarceladas. Desde que se rindió voluntariamente el 18 de febrero, López ha estado en aislamiento en una base militar. Ahora está pasando por un proceso que sólo puede ser descrito como una farsa. El gobierno afirma que López es, de alguna manera, responsable de los violentos enfrentamientos en Caracas, a pesar de que no estaba presente cuando se produjeron y de que pidió públicamente a sus seguidores permanecer en paz. Un juez anuló a todos menos a uno de los más de 60 testigos que llamó, mientras que la programación fue de más de 100. Como Nick Miroff, reportero de The Washington Post, informó recientemente, Maduro ya declaró el resultado del juicio: Él tiene que pagar y va a pagar .

La mayoría de los venezolanos ya está pagando un alto precio por la práctica de Maduro de sustituir la persecución política por compensaciones económicas. Ahora la pregunta es si él y sus colaboradores se harán responsables de su comportamiento con las potencias extranjeras, incluido Estados Unidos. El gobierno del presidente Barack Obama se ha resistido a una legislación que prevé sanciones contra miembros destacados del régimen. En julio, ofrecieron la débil medida de cancelar las visas estadounidenses a dos docenas de funcionarios, sin revelar sus nombres.

Es tiempo para una acción más visible. Una oportunidad es en las Naciones Unidas: el próximo mes Venezuela espera un asiento en el Consejo de Seguridad de la ONU, en el que sería capaz de abogar por aliados como Siria, Irán y Cuba. Aunque el gobierno de Maduro debe ganar los votos de dos tercios de la Asamblea General en una votación secreta. El gobierno de Obama podría enviar un mensaje a Maduro redondeando los 65 votos necesarios para mantener a Venezuela fuera del Consejo de Seguridad.

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