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Geopolítica

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Xi Jinping reitera a Biden las líneas rojas que imperan en su relación bilateral

La primera cumbre entre los dos presidentes arroja como resultado la existencia del puente diplomático, pero reafirma sus diferencias.

Pekín/Washington. El asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan, dijo ayer que los presidentes Joe Biden y Xi Jinping habían acordado en su reunión del lunes que "buscaríamos llevar adelante el debate sobre la estabilidad estratégica", en referencia a la preocupación de Estados Unidos por el desarrollo nuclear y de misiles de China.

Estos son los principales puntos abordados:

Taiwán

Pekín reivindica la soberanía de la isla de 23 millones de habitantes, aunque no la controla. Por su parte, Washington apoya militarmente a Taiwán.

Estados Unidos "se opone firmemente" a cualquier intento "unilateral de cambiar el statu quo o de socavar la paz y la estabilidad en el estrecho de Taiwán", advirtió su presidente Joe Biden --una frase que puede dirigirse igualmente a los dirigentes taiwaneses.

Trabajar por la independencia de Taiwán es "jugar con fuego", respondió Xi Jinping. "Si los separatistas de Taiwán nos provocan, nos obligan o incluso cruzan la línea roja, entonces tendremos que tomar medidas", advirtió.

China y Estados Unidos siguen "profundamente opuestos" sobre la cuestión de Taiwán, observa Shi Yinhong, del centro de estudios estadounidenses de la Universidad del Pueblo en Pekín. Pero la cumbre "recordó a ambas partes la necesidad de evitar un conflicto armado", estima.

Derechos humanos

Según la Casa Blanca, Biden expresó "su preocupación por las prácticas (chinas) en Xinjiang, Tíbet y Hong Kong, y por los derechos humanos en general".

Pekín no menciona explícitamente estos puntos en su informe. "Sobre la base del respeto mutuo, estamos dispuestos a entablar un diálogo sobre las cuestiones relacionadas con los derechos humanos", indicó Xi Jinping. Pero, añadió, "rechazamos que los derechos humanos sirvan de pretexto para injerirse en los asuntos internos de otro país".

Comercio

Desde su llegada a la presidencia, Biden no modificó la guerra comercial iniciada en 2018 por Donald Trump, y Estados Unidos sigue practicando aranceles punitivos sobre numerosos productos chinos.

Grandes grupos estadounidenses pidieron a Washington que negocie con Pekín para levantar estos recargos que aumentan sus costes de producción.

Biden "fue claro sobre la necesidad de proteger a los trabajadores estadounidenses contra las prácticas comerciales y económicas desleales" de China, según la Casa Blanca.

Sullivan recordó que las pláticas cubrirán: seguridad, tecnología y diplomacia.

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