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Geopolítica

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Xiomara Castro asume como la primera presidenta de Honduras; EU promete lazos más estrechos

La izquierdista Xiomara Castro se convirtió este jueves en la primera presidenta de Honduras, con un Gobierno que afrontará desafíos como un Congreso muy dividido, el aumento de la deuda y las relaciones con China.

AFP or licensors, AFP

La izquierdista Xiomara Castro se convirtió este jueves en la primera presidenta de Honduras, con un Gobierno que afrontará desafíos como un Congreso muy dividido, el aumento de la deuda y las relaciones con China.

Flanqueada por su esposo, el exmandatario Manuel Zelaya, y sus hijos, Castro prestó juramento en un estadio de fútbol al aire libre repleto, mientras sus seguidores bailaban y gritaban, en una toma de posesión a la que asistió la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris. La ahora primer mandataria hondureña sonrió ampliamente mientras la banda azul y blanca era colocada sobre su pecho.

"La catástrofe económica que recibo no tiene parangón en la historia del país", afirmó una sombría Castro en su discurso inaugural, denunciando que la deuda se multiplicó por siete bajo sus dos predecesores conservadores. Explicó que es "prácticamente imposible" hacer los pagos de la deuda actual sin una reestructuración.

"Mi gobierno no continuará la vorágine de saqueos que ha condenado a las generaciones de jóvenes a pagar la deuda que contrajeron a sus espaldas", agregó entre estruendosos aplausos.

Minutos antes, la multitud rugió en aprobación después de que Harris, a quien el presidente Joe Biden le ha encomendado liderar la política estadounidense en el empobrecido triángulo norte de América Central, fuera presentada.

"Nuestra relación con Honduras es importante", escribió la vicepresidenta en Twitter, y agregó que se reunirá con Castro "para discutir la profundización de nuestra cooperación en una amplia gama de temas".

La asistencia de Harris es notable, ya que funcionarios de menor rango suelen encabezar dichas delegaciones de Washington.

Autoridades estadounidenses quieren trabajar con Castro para frenar la inmigración indocumentada desde Centroamérica y apuntalar el apoyo internacional a Taiwán. Honduras es uno de los pocos países del mundo que mantiene relaciones diplomáticas con Taipei.

Castro asume el cargo envuelta en una disputa con disidentes de su propio partido. Candidatos rivales se han declarado jefes del Congreso, socavando su capacidad para aprobar leyes.

El vicepresidente taiwanés, William Lai, también asistió a la toma de posesión en un intento de reforzar los lazos con Honduras bajo el mandato de Castro, que durante su campaña electoral amenazó con cambiar su lealtad a Pekín desde Taipei si era elegida presidenta.

Luis León, director del Instituto Holandés para la Democracia Multipartidaria, opinó que la presencia de Harris es un impulso para Castro en la disputa por el control del Congreso y para abordar la débil economía de Honduras.

Estados Unidos, en virtud de su política de "una sola China", reconoce la posición de Pekín de que Taiwán es parte de su territorio, aunque no respalda esta postura. Washington no tiene lazos diplomáticos formales con Taiwán.

Limbo legislativo

Biden ha encargado a Harris que aborde las "causas fundamentales" de la migración desde Centroamérica, pero su viaje se produce en un momento en que la popularidad del mandatario en su país ha disminuido y su estrategia de inmigración se ha estancado.

Durante una reunión bilateral con Castro, la funcionaria estadounidense planea discutir las oportunidades económicas, la lucha contra la corrupción y el manejo de la migración, dijeron funcionarios estadounidenses.

"Queremos mucho y tenemos la intención de hacer lo que podamos para apoyar a esta nueva presidenta", sostuvo un funcionario.

Castro, que se describe así misma como una democrática socialista, ha prometido abordar la corrupción, la pobreza y la violencia en Honduras, problemas crónicos que han contribuido a alimentar la inmigración indocumentada a Estados Unidos.

Pero su programa legislativo ha sido puesto en peligro por políticos renegados de su Partido Libre, que el fin de semana se aliaron con el conservador Partido Nacional de la oposición para votar por uno de sus miembros para dirigir el Congreso.

Esto ha creado una legislatura rival y ha roto el pacto que Libre había hecho con su aliado electoral, el Partido Salvador de Honduras, para designar a uno de los miembros de este último para dirigir el Congreso.

Castro y el resto de su partido han reconocido a un legislador de Salvador como líder legítimo del Congreso.

La toma de posesión de Castro pone fin a los ocho años de gobierno de Juan Orlando Hernández, del Partido Nacional, que ha sido acusado en los tribunales de Estados Unidos de corrupción y de vínculos con los narcotraficantes.

La congresista demócrata Norma Torres pidió el jueves que Hernández sea procesado de inmediato por cargos de drogas después de que Castro asuma el cargo. Agregó que las autoridades de su país también deberían solicitar su extradición.

Pero el mandatario saliente puede estar protegido de la extradición por hasta cuatro años como miembro automático del parlamento tan pronto como termine su mandato presidencial.

Hernández fue un antiguo aliado de Washington, tanto en operaciones de inmigración como antinarcóticos, pero fiscales estadounidenses han revelado que el político de 53 años estaba bajo investigación como parte de una indagatoria sobre el narcotráfico en Honduras.

Hernández, cuyo hermano fue condenado el año pasado por un juez estadounidense, ha negado repetidamente las acusaciones. 

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