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Cumbre árabe-musulmana condiciona la paz en Medio Oriente a retirada israelí de los territorios ocupados
Hamás, el movimiento islamista palestino que gobierna Gaza, exhortó a los países árabes y musulmanes a actuar según las declaraciones hechas en su cumbre y a obligar a Israel a detener su "agresión".
Los países árabes y musulmanes instaron el lunes a Israel a retirarse de los territorios que ocupa desde 1967 para lograr una paz "global", durante una cumbre celebrada en Arabia Saudita sobre Medio Oriente, convertido en un polvorín por las guerras en Gaza y Líbano.
"Una paz justa y global (...) no puede lograrse sin poner fin a la ocupación israelí de todos los territorios árabes ocupados" desde junio de 1967 --Cisjordania y Jerusalén oriental, Gaza y los Altos del Golán sirios-- indica la declaración final de la cumbre.
Esas propuestas, recuerdan, están en la misma línea de "la Iniciativa de Paz Árabe de 2002", que ofrecía a Israel la normalización regional a cambio de la creación de un Estado palestino.
Los participantes en la cumbre conjunta en Riad de la Liga Árabe y la Organización para la Cooperación Islámica (OCI) abogan por la unidad de todos los territorios palestinos -la Franja de Gaza y Cisjordania ocupada- dentro de un Estado palestino, cuya capital debe ser Jerusalén oriental, ocupada y anexada por Israel.
Hamás, el movimiento islamista palestino que gobierna Gaza, exhortó a los países árabes y musulmanes a actuar según las declaraciones hechas en su cumbre y a obligar a Israel a detener su "agresión".
"La creación de un Estado palestino independiente con Jerusalén como capital exige esfuerzos inmediatos y soluciones prácticas para forzar [a Israel] a cesar su agresión y su genocidio contra nuestro pueblo", escribió Hamás en un comunicado.
Esta cumbre brindó una oportunidad para que los participantes expusieran sus expectativas sobre el futuro gobierno del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, quien asumirá el cargo en enero.
En su primer mandato (2017-2021), el magnate republicano tuvo varias iniciativas favorables a Israel, como el traslado de la embajada estadounidense de Tel Aviv a Jerusalén.
También contribuyó a la normalización de las relaciones entre Israel con Bahréin, Emiratos Árabes Unidos, Marruecos y Sudán, mediante los acuerdos de Abraham. Hasta ese momento, de los 22 países de la Liga Árabe, sólo Egipto y Jordania mantenían relaciones formales con el Estado hebreo.
Pero el gobierno de Benjamin Netanyahu, el más derechista de la historia de Israel, se opone a la solución de dos Estados -- Israel y Palestina --, que convivirían con garantías de seguridad, apoyada por la mayor parte de la comunidad internacional para poner fin a décadas de conflicto.
Querer establecer un Estado palestino no es "hoy" un proyecto "realista", declaró el canciller israelí, Gideon Saar, en Jerusalén.
"Un Estado palestino (...) será un estado de Hamás", agregó.
"Crimen de genocidio"
La cumbre árabe-musulmana condenó el "crimen de genocidio" cometido por el ejército israelí en la Franja de Gaza, "particularmente en el norte" del territorio palestino "en las últimas semanas".
También exigió "prohibir la exportación o transferencia de armas y municiones a Israel" y condenó "los continuos ataques de las autoridades israelíes [...] contra la ONU".
La guerra en Gaza se desencadenó el 7 de octubre de 2023, cuando milicianos islamistas mataron en el sur de Israel a 1.206 personas, en su mayoría civiles, y secuestraron a 251, según un recuento de la AFP basado en datos oficiales israelíes.
De los 251 capturados, un centenar siguen cautivos en el territorio palestino, pero 34 fueron declarados muertos por el ejército.
La campaña militar israelí de represalias ya ha dejado 43.603 muertos en Gaza, según datos del Ministerio de Salud del gobierno de Hamás, considerados fiables por la ONU.
El jefe de la diplomacia de la Unión Europea, Josep Borrell, denunció un fuerte riesgo de "hambruna" en el norte de la Franja de Gaza y señaló que la definición de una "limpieza étnica" es cada vez más usual para referirse a la situación en esa zona.
Israel libra además desde el 23 de septiembre una guerra abierta en Líbano contra el movimiento islamista proiraní Hezbolá.
Los bombardeos israelíes mataron el lunes al menos a siete personas, "en su mayoría mujeres y niños", en el sur de Líbano, y al menos a ocho en una aldea del norte, indicó el ministerio libanés de Salud.
Acercamiento Irán-Arabia Saudita
"El mundo está esperando" que el nuevo gobierno estadounidense de Donald Trump ponga fin "inmediatamente" a las guerras de Israel con Hamás y Hezbolá, declaró en la cumbre de Riad el primer vicepresidente de Irán, Mohamad Reza Aref.
Aref también acusó a Israel de acciones de "terrorismo organizado", en referencia a los asesinatos en los últimos meses de los dirigentes de Hamás y de Hezbolá.
El príncipe heredero y hombre fuerte de Arabia Saudita, Mohamed bin Salmán, instó previamente a Israel a "respetar la soberanía territorial" y a abstenerse de "atacar" a Irán.
Bin Salmán calificó a Irán de "República hermana", en una muestra de que las relaciones entre ambos países se han fortalecido, después de que en 2023 pusieran fin a siete años de crisis diplomática.
El nuevo ministro de Defensa israelí, Israel Katz, dijo el lunes que Irán estaba "más expuesto que nunca a ataques contra sus instalaciones nucleares".
"Tenemos la oportunidad de alcanzar nuestro objetivo más importante: frustrar y eliminar la amenaza existencial que pesa sobre el Estado de Israel", escribió en la red social X.
El 26 de octubre Israel bombardeó instalaciones militares en Irán, en represalia a un ataque con misiles iraní contra Israel el 1 de octubre.
Teherán prometió responder e Israel hizo saber que en ese caso replicará con mayor contundencia.
Hezbolá, "preparado" para una guerra larga
Irán, gran enemigo de Israel, apoya a Hezbolá, a Hamás y a los rebeldes hutíes de Yemen.
Los hutíes reivindicaron un ataque contra una base militar en Israel, en tanto que el ejército israelí confirmó haber interceptado un misil procedente de Yemen.
Hezbolá, que reivindica a diario disparos contra el norte de Israel, afirmó que su movimiento estaba "preparado para una guerra de larga duración". También aseguró que el ejército israelí no ocupa ninguna localidad del sur de Líbano, donde lanzó una ofensiva terrestre el 30 de septiembre.